La salud cardiovascular, en riesgo por haber soportado la cuarentena más larga del mundo

El experto en investigación clínica y prevención de las enfermedades cardíacas Mario Boskis explicó cómo el aislamiento prolongado afectó a nuestra salud cardiovascular

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La pandemia hizo postergar los
La pandemia hizo postergar los estudios médicos de rutina y empeoró nuestra alimentación - REUTERS/Amanda Perobelli

Mientras crecen en todo el mundo los contagios por el nuevo coronavirus que origina la enfermedad COVID-19, también avanzan otras enfermedades que han sido postergadas en su atención. Esa es una de las consecuencias más negativas que ha tenido esta pandemia iniciada a fin de 2019 y que recién ahora la ciencia la está combatiendo a fuerza de nuevas vacunas y tratamientos experimentales mejorados.

Así, con el correr de los meses y ante el miedo de concurrir a los centros de salud para evitar contagios o bien debido al cierre de consultorios externos para dar prioridad a la atención de enfermos por coronavirus, las rutinas de cuidados de salud entraron en una importante transformación, ya que las consultas y estudios vinculados al control de otras enfermedades y condiciones quedaron con fechas inciertas; y algunos hábitos que influyen en una mejor calidad de vida todavía permanecen en una pausa prolongada.

Sin duda el aislamiento influyó en agravar muchos de los factores de riesgo responsables de provocar patologías como el Infarto de Miocardio o el ACV, generadores de una de cada tres muertes que se producen por año en nuestro país”, explicó el doctor Mario Boskis (MN 74002), experto en investigación clínica y prevención de las enfermedades cardíacas, Miembro Titular de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC), donde dirige en la actualidad el Consejo de Cardiología Clínica.

Millones de personas dejaron de
Millones de personas dejaron de controlar su salud cardiovascular durante la pandemia - Shutterstock

“No es de extrañar que un trabajo publicado hace unos meses en la revista Medicina, utilizando modelos estadísticos predictivos, sugiere que en 2020, nuestro país podría sufrir, más allá de las más de 40.000 muertes por COVID-19, un exceso de muertes cardiovasculares prevenibles de casi 10.000 personas. Es por eso, que a pesar del aislamiento, es imprescindible focalizar en la prevención y el control de los factores de riesgo (Obesidad, Hipertensión arterial, Diabetes,Hipercolesterolemia, Sedentarismo) a fin de evitar el flagelo de la enfermedad cardiovascular”, agregó Boskis, que se desempeña también como Director General del Instituto Cardiovascular San Isidro (ICSI) del Sanatorio Las Lomas en Buenos Aires y del Grupo Cardiológico Boskis, con sede en Capital Federal.

El especialista describió una radiografía precisa y amplia sobre estas patologías que en gran medida han sido desatendidas en la pandemia por COVID-19 que estamos transitando.

Obesidad

La 4ª Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR), llevada a cabo por el MSN, encontró ya en 2019, que en la Argentina el 60% de la población presenta exceso de peso, con un 25% de los encuestados con obesidad significativa.

 Personas que presentan obesidad
Personas que presentan obesidad son de las más vulnerables para contraer el virus COVID-19. FOTO: GRACIELA LÓPEZ /CUARTOSCURO.COM

“Hoy sabemos que el exceso de tejido adiposo estimula a la célula grasa, llamado adipocito, a liberar sustancias dañinas al organismo como la IL6 o el FnT, generando un estado de “inflamación crónica” que puede llevar al desarrollo de enfermedad cardiovascular. Para agravar aún más las cosas, en los últimos meses, expertos de la Sociedad Argentina de Nutrición advirtieron que el aislamiento prolongado que demanda la pandemia actual reduce la disponibilidad de alimentos saludables para consumir, lo que asociado a la angustia e incertidumbre que produce la misma, llevan a aumentar el riesgo de que la población aumente el consumo de calorías empeorando aún más los índices de obesidad. Por otra parte, mantener un peso saludable ayuda a prevenir las complicaciones del COVID-19. Es interesante destacar que según un estudio del NHS en el Reino Unido, casi dos tercios de los pacientes que presentaban una evolución severa por el coronavirus, presentaban obesidad, siendo el 40% de los afectados menores de 60 años”, indicó Boskis.

Hipertensión Arterial:

En nuestro país, 4 de cada 10 adultos son hipertensos. Solo el 60% lo sabe, y de esos solo 1 de cada 4 tienen la presión por debajo de 140/90 mmhg.

La hipertensión arterial se debe
La hipertensión arterial se debe controlar en forma constante (Europa Press)

“La presión arterial elevada genera con el tiempo lesiones en el miocardio llevando a la Insuficiencia Cardíaca. En las arterias, es responsable de iniciar el proceso de ateroesclerosis, al dañar su capa endotelial y permitir que el colesterol “malo” se deposite en la misma generando obstrucciones. Estas son las responsables de producir en última instancia, las complicaciones más severas, como el ACV, los infartos o la insuficiencia renal. Según un informe presentado recientemente en el Congreso Argentino de Cardiología, el servicio de emergencias de la Fundación Favaloro recibió durante la cuarentena, casi un 40% más de pacientes con Hipertensión arterial severa en comparación al mismo período de 2019, relacionándolo al aumento del estrés debido a la incertidumbre por el aislamiento en sí y al estado de pandemia, con el agregado de conflictos económicos, laborales y familiares”, resaltó el experto.

“También señalaron que pudo haber contribuido el no concurrir a la consulta médica habitual, para controlar los valores de presión, ya sea por cierre de los consultorios externos, restricciones para circular o temor al contagio. Es importante recalcar también, que así como sucede con la obesidad, se encontró que en hipertensos, el COVID-19 presenta mayor gravedad, incrementando el riesgo de muerte por esta infección”, agregó.

Diabetes

Una persona utiliza un medidor
Una persona utiliza un medidor de glucosa para controlar su diabetes - MARILYN NIEVES / MARILYN NIEVES

En Argentina, más del 12% de la población es diabética, aumentando casi 4 veces el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular. “También se ha visto que hay una peor evolución de los pacientes con diabetes y COVID-19, según demuestra un estudio en el reino unido que definió un riesgo de muerte de entre un 20 a un 60% mayor en pacientes diabéticos con mal control metabólico, remarcando el beneficio de seguir controlando en forma rigurosa los valores de glucemia, aun durante la pandemia”, afirmó Boskis..

Hipercolesterolemia

Casi el 30% de la población argentina presenta colesterol elevado sin un adecuado tratamiento. “Una dieta rica en grasas, asociado a una predisposición genética, lleva a un incremento del llamado “colesterol malo” o LDL, quien como dijimos, se deposita en las arterias y con el tiempo es capaz de penetrar la pared de los vasos sanguíneos agravar el proceso de ateroesclerosis. El LDL acumulado dentro de las arterias también es responsable, como en la obesidad, de producir un “inflamación vascular”, facilitando la liberación de sustancias pro-inflamatorias, encontrándose una relación lineal en varios trabajos científicos entre colesterol elevado y peor pronóstico durante la infección con el virus SARS-COV 2″, destacó el especialista.

Debido al confinamiento, se alteraron
Debido al confinamiento, se alteraron o cancelaron las rutinas de ejercicio físico - J.M. GUYON

Sedentarismo

La 4ª Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR), también advirtió que en la Argentina el sedentarismo viene en aumento en los últimos años, llegando a mostrarnos que el 65% de la población adulta no hace la actividad física necesaria para preservar la salud.

“Un estudio reciente que monitorizo a casi 50.000 personas en 4 países, para saber su grado de actividad física, se encontró que el riesgo de muerte era mayor en personas sedentarias, disminuyendo progresivamente el mismo, en aquellos que dedicaban mayor tiempo al ejercicio moderado o intensivo. No hay duda que con la pandemia y el teletrabajo, este año muchos más argentinos no cumplen con los 150 minutos recomendados por semana de actividad física al menos moderada”, concluyó Boskis.

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