El Síndrome metabólico es el nombre de un grupo de factores de riesgo de enfermedad cardíaca, diabetes y otros problemas de salud. Una persona puede tener un solo factor de riesgo, pero a menudo tiene varios de ellos al mismo tiempo. Si padece al menos tres de ellos, se llama se encuentra bajo un cuadro de síndrome metabólico.
Este cuadro no se presenta como una enfermedad. Sin embargo, este enemigo silencioso tiene la capacidad de desencadenar patologías que podrían ser mortales, como el ACV, la diabetes tipo 2, o los ataques cardíacos, entre otros eventos. Trabajar día a día para llevar y mantener un estilo de vida saludable es, según la Organización Mundial de la Salud, la única forma de prevenir y combatir esta amenaza que se convirtió en una epidemia a nivel global.
Según explica el doctor Gabriel Waisman, médico Clínico en Helios Salud y ex presidente de la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA), el síndrome metabólico y dislipemia es la alteración en los niveles de lípidos (grasas) en sangre (fundamentalmente colesterol y triglicéridos). “Cuando hablamos en estos términos, nos referimos a la obesidad abdominal, con colesterol bueno bajo, de los niveles de glucemia (azúcar) en valores por encima de 100 miligramos por decilitro, sin llegar a ser diabetes, aunque hay diabéticos con síndrome metabólico. Hablamos también de aumento de otras grasas que son los triglicéridos y de la presencia de hipertensión arterial”, afirmó Waisman.
Y agregó: “Respecto a las grasas, hay que recordar que hemos cambiado nuestras costumbres y no comemos lo mismo que el hombre del paleolítico, con una dieta del doble del contenido graso, con un aumento de las grasas saturadas o llamadas malas (lácteos). Hoy comemos poco aceite de oliva o pescados, almendras o nueces. También comemos pocas proteínas. Ingerimos azúcares simples o refinados, que liberan insulina y fabrican más grasas. El hombre paleolítico ingería más almidones, lo que derivaba en un menor pico de insulina. La epigenética o cambios socio culturales a lo largo de millones de años, han cambiado nuestra alimentación al igual que nuestra actividad física. Ya no somos cazadores como el hombre primitivo. No hacemos actividad física por lo que no perdemos calorías. Estamos consumiendo más cantidad de alimentos con exceso de hidratos de carbono y déficit de proteínas con grasas malas. Sin realizar actividad física”.
Respecto al actual momento que el mundo vive con la pandemia COVID-19, el especialista explicó que se ha incrementado el delivery, por lo que las grasas aumentan el LDL o colesterol malo, que en los pacientes que tiene síndrome metabólico, tienen grasas que producen aterosclerosis. Y esto puede llevar a tener una obstrucción en la carótida, un ACV, un infarto o angina de pecho.
“Por ello son importantes los tratamientos con estatinas que logran bajar el colesterol y previenen los accidentes en la placa aterosclerótica. Actúan como antiinflamatorio de la pared de la arteria, como antioxidantes de las mismas logrando evitar la obstrucción de las carótidas, las arterias cerebrales, coronarias, de los miembros inferiores, en el riñón, y de la aorta. Hay que utilizar estos medicamentos cuando son prescriptos y no suspenderlos cuando se normaliza el colesterol. Este es un tratamiento que se debe hacer para toda la vida si uno tiene antecedentes familiares, lesiones en arterias, infarto o ACV. Tampoco sirve tomar la medicación día por medio o saltearse los fines de semana. Se debe tomar en forma permanente. Y muchas veces hay que asociarlas con otros médicamente que sirven para bajar otras grasas que se llaman triglicéridos”, profundizó Waisman.
A modo de resumen, el experto de Helios Salud, lo primero es identificar quién tiene el problema mediante un análisis de sangre en individuos de más de 40 años para conocer su glucemia, su colesterol bueno y malo. También su presión arterial y peso.
“Una vez individualizado, el paciente se debe someter al tratamiento que no debe suspender y realizar cambios en su estilo de vida, que significa no fumar, disminuir la ingesta de sal, cambiar el hábito de las harinas por hidratos de carbono saludables, ingerir más proteínas y grasas polisaturadas. Es importante el control de los factores de riesgo, aún en momentos como estos de pandemia para evitar los eventos cardiovasculares”, concluyó Waisman.
El objetivo de Stamboulian talks es transmitir a través de exposiciones atractivas y sintéticas aspectos interesantes, importantes o novedosos en temas sanitarios. La meta es que cada presentación sirva de disparador para que la audiencia se sienta motivada a profundizar, indagar, crear conciencia o pasar a la acción en relación a los temas presentados.
SEGUÍ LEYENDO: