A partir del 1 de agosto de 2024, la Dirección General de Salud Ambiental (Digesa) del Ministerio de Salud del Perú (Minsa) prohibió el empleo de los plaguicidas químicos de uso agrícola que contengan el ingrediente activo clorpirifos. A pesar de ello, fue detectado recientemente en mercados de Lima en la cebolla china y otros vegetales como pimiento y tomate.
Los pesticidas con este componente eran utilizados en los campos de cultivo de alimentos, a pesar de los posibles daños neurológicos que pueden provocar en mujeres embarazadas y en niños.
Los plaguicidas, tal como lo indica su nombre, se emplean para prevenir la presencia de plagas en los cultivos agrícolas. Sin embargo, algunos pesticidas como los que contienen clorpirifos, resultan peligrosos cuando sus residuos permanecen en las frutas y verduras. Por este motivo dichos alimentos requieren de una limpieza adecuada para prevenir la transmisión de enfermedades al consumirlos.
Los pesticidas en las frutas y verduras
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los plaguicidas se encuentran entre las principales causas de muerte por autointoxicación, especialmente en los países de ingresos medios y bajos como es el caso del Perú.
Debido a su toxicidad inherente y su uso deliberado en el entorno, su producción, distribución y empleo requieren una estricta regulación y control. Además, es necesario realizar controles periódicos de los residuos en los alimentos y el medio ambiente.
Al respecto, la OMS tiene dos objetivos en relación con los pesticidas: prohibir los más tóxicos para los seres humanos y aquellos que persisten durante más tiempo en el medio ambiente; y proteger la salud pública estableciendo límites máximos de residuos de plaguicidas en los alimentos y el agua.
La mayoría de las frutas y verduras se consumen crudas, por lo que es esencial lavarlas y desinfectarlas adecuadamente antes de su consumo. Tras ser recolectadas, estos productos pasan por un largo proceso antes de llegar al consumidor, por lo que se recomienda lavarlas con abundante agua.
Al provenir directamente del campo, muchas de ellas entran en contacto con tierra, fertilizantes y, en algunos casos, pesticidas y agroquímicos. Además, después de la cosecha, son manipuladas durante las fases de transporte y distribución.
Por ello, el lavado y la desinfección de frutas y verduras es fundamental para evitar cualquier enfermedad transmitida por alimentos (ETA), especialmente, al ingerir los residuos de los pesticidas.
Cómo limpiar correctamente los alimentos
La limpieza de los alimentos consiste en dos pasos: el lavado y la desinfección. El primero se refiere a la eliminación de tierra, restos de suciedad, grasa u otras materias indeseables. Mientras que el segundo se encarga de reducir el número de microorganismos presentes en el entorno, utilizando agentes químicos y/o métodos físicos que no comprometan la inocuidad o calidad del alimento.
El objetivo de la limpieza y desinfección de los alimentos es eliminar los contaminantes, es decir, cualquier agente biológico o químico, material extraño u otras sustancias no añadidas intencionalmente a los alimentos que puedan afectar la inocuidad o calidad de los mismos.
El Minsa señala algunas pautas a tomar en cuenta para el lavado y desinfección de las frutas y verduras:
Lavado:
- Usar presión baja de agua en frutas y verduras delicadas (como tomate y uvas) y asegurarse que el agua empleada sea potable.
- Usar cepillo, esponja o paño para lavar a profundidad las frutas y verduras que tienen mayor contacto con la tierra como las papas, las zanahorias y los nabos.
- Lavar hoja por hoja de manera profunda en el caso de verduras como la lechuga, la coliflor, la col y el brócoli. Se recomienda eliminar las primeras hojas porque pueden ser las que estén más contaminadas.
- En el caso de las frutas o verduras que tienen tallos como fresas o peras, hay que lavarlas cuidadosamente. No cortar el tallo para evitar que los microorganismos ingresen al interior del alimento.
Desinfección:
- Para desinfectar los alimentos se debe crear una solución desinfectante con 3 gotas de lejía por cada litro de agua.
- Dejar reposar las frutas y verduras por 30 minutos en la solución desinfectante.
- Luego enjuagar los alimentos con agua limpia antes de consumirlos.
Las enfermedades transmitidas por alimentos
Una enfermedad transmitida por alimentos (ETA) se refiere a cualquier dolencia originada por el consumo de alimentos contaminados que genera consecuencias perjudiciales para la salud de quien los ingiere.
Las ETAs pueden ser de origen infeccioso (como la salmonelosis o el botulismo), parasitario (la taenia, conocida como “solitaria”) o viral (como el norovirus, la hepatitis A o el rotavirus).