Este es el tubérculo de la selva peruana que mejora la memoria y favorece el crecimiento de neuronas

En febrero pasado, el nombre de Miguel García Cisneros comenzó a dar que hablar en los medios de comunicación peruanos debido a que este ingeniero agroindustrial utiliza un tubérculo de la selva peruana para enriquecer el valor nutricional del pan francés.

García, un joven de 28 años originario de Ayacucho, emplea este tubérculo que se cultiva en el Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem) porque, al sustituir parcialmente la harina de trigo con dicha raíz, el pan francés tiene más proteínas.

Pero las proteínas no es el único beneficio para la salud que ofrece este tubérculo, que crece de manera silvestre y que era considerado “mala hierba” en la selva, sino que, además, tiene un impacto positivo en la salud cerebral. Se trata de la pituca o ñame, que mejora la memoria y favorece el crecimiento de neuronas.

La pituca o ñame, tanto en su aspecto como en su composición, muestra cierta similitud con otros tubérculos como la papa, el camote o la yuca. Tiene aspecto redondeado o alargado y es muy dura, blanca y con pequeñas manchas moradas en su interior.

Al igual que otros tubérculos, el ñame presenta un alto contenido energético en forma de carbohidratos, con un 80% a 90% de almidón, mientras que su aporte de grasas es mínimo. Por lo tanto, las calorías que ofrece provienen principalmente de carbohidratos complejos.

Este tubérculo es fundamental en la dieta y proporciona un aporte moderado de calorías, siendo ideal para quienes requieren un incremento en el rendimiento, como los niños y los deportistas.

El contenido de vitamina C de la pituca varía según el cultivo; si es fresco, puede contener entre 13 y 25 mg por cada 100 g de peso, aunque parte de esta vitamina se pierde durante la cocción. En cuanto a minerales, su composición es más interesante, ya que es una fuente de potasio, fósforo y magnesio. Sin embargo, la concentración de estos minerales, así como de otros como el hierro y el calcio, depende de la variedad y el tipo de suelo donde se cultive.

Además, debido a su perfil nutricional, este tubérculo es un alimento fácilmente digerible, especialmente para personas con estómagos delicados. Esto se debe a su elevado contenido de almidón, lo que hace que su consumo no provoque gases ni molestias digestivas.

En la selva peruana, la pituca se consume en reemplazo de la papa, debido a que su sabor es similar, por lo que se prepara hervida o frita. Actualmente García Cisneros está investigando la fórmula para elaborar pasta en base a la pituca, la cual además de ser rica en proteínas, sería libre de gluten y, por lo tanto, apta para celíacos.

Un estudio publicado en el Journal of Agricultural and Food Chemistry destaca que la pituca contiene diosgenina, un compuesto que promueve el crecimiento de neuronas y fortalece las conexiones entre ellas, lo cual trae como consecuencia la mejora de las capacidades cognitivas y, por ende, la prevención de las enfermedades neurodegenerativas.

Por otro lado, la pituca favorece la memoria, tal como se comprobó en un estudio publicado en la revista Nutrition, en el que las personas que consumían este tubérculo obtenían mejores puntajes en una prueba que medía la función cerebral. Esta última se refiere a los procesos mentales que nos permiten procesar y comprender la información. Por ello, a lo largo de un solo día, nuestras funciones cerebrales se emplean de manera constante.

El perfil neuroprotector de la diosgenina también ofrece eficacia frente a la neuropatía inducida por la diabetes y la lesión isquémica cerebral, además de poseer propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, junto con la capacidad de mejorar los déficits cognitivos, se indica en la revista Frontiers al referirse a este componente clave para la salud cerebral.