La salud mental se ha vuelto un tema central en los debates sobre políticas de salud pública. Solo en el primer trimestre del año, el Ministerio de Salud del Perú (Minsa) reportó más de 245 mil casos de ansiedad y más de 146 mil de depresión. Estas cifras están directamente relacionadas con la vida cotidiana, incluyendo cómo las personas se relacionan consigo mismas, sus familias, en el trabajo y en la sociedad.
En el ámbito laboral, se reconoce que el trabajo juega un papel crucial en la vida de las personas, pero también es una fuente de situaciones que pueden generar estrés, angustia, conflictos y otros problemas de salud mental en los colaboradores.
Giancarlo Ameghino, gerente de gestión y desarrollo humano del Grupo Crosland, afirma que la salud mental es un factor clave que afecta directamente la productividad y el desempeño tanto personal como profesional de los empleados. “Cuando un colaborador trabaja en un entorno seguro y saludable, puede tomar decisiones asertivas y apoyar a sus compañeros, lo que incrementa su eficiencia y creatividad. En caso contrario, su estado mental se ve afectado, lo que repercute en sus actividades laborales y en sus relaciones sociales”, explica el especialista.
3 recomendaciones para promover el bienestar emocional en el trabajo
La salud mental de los colaboradores es uno de los pilares fundamentales para el éxito de cualquier organización. Ameghino señala que es esencial mantener un estado de alerta constante para monitorear cómo se están desarrollando los empleados. En este sentido, destaca 3 factores clave que las empresas deben implementar para priorizar el bienestar emocional de su equipo:
- Entorno saludable y equilibrado: cuando los colaboradores perciben que su bienestar es una prioridad para la empresa, eso los lleva a ser más leales y eficaces en su desarrollo profesional. Por ello las empresas deben estar atentas a los cambios en el comportamiento o el desempeño de sus colaboradores, identificando posibles señales de estrés o problemas emocionales.
- Creación de espacios de apoyo: para prevenir problemas de salud mental relacionados con el trabajo, los empleadores deben estar dispuestos a promover y participar en foros, conversatorios u otros espacios que fomenten hábitos saludables y seguros para sus empleados.
- Políticas de trabajo flexibles: estas políticas ayudan a reducir el estrés y promueven una cultura laboral saludable. Para ello se deben implementar medidas que fomenten la flexibilidad laboral y reduzcan el estrés, como horarios flexibles y la normalización del cuidado emocional en el entorno de trabajo.
Rutinas de autocuidado en el trabajo
Además de una cultura laboral que promueva la salud mental de sus trabajadores, es importante conocer algunas sencillas rutinas de autocuidado dentro del ambiente laboral que pueden ser determinantes para hacerle frente al estrés del día a día.
- Ordenar el espacio de trabajo: mantener un espacio de trabajo limpio y ordenado es un factor clave para mejorar la productividad y el bienestar emocional en el entorno laboral. Es fundamental tener un espacio de trabajo que no solo sea práctico sino que también promueva una sensación de paz. Se puede comenzar con la eliminación del desorden innecesario y luego personalizar el área de trabajo con objetos propios, lo cual ayuda a reducir el estrés laboral y aumentar el enfoque en las tareas diarias.
- Crear una rutina diaria: antes de iniciar el horario laboral, crear una rutina diaria saludable puede ser de utilidad para enfrentar las labores del trabajo con una sensación de mayor bienestar emocional. Las horas previas al trabajo se pueden dedicar a la práctica de actividades de autocuidado como hacer actividad física, preparar una comida y saborearla sin apuro, leer un poco o escuchar música.
- Practicar técnicas de relajación: estas prácticas no sólo sirven para relajarse en momentos de tensión sino que también han demostrado ser útiles para incrementar los niveles de energía y promover un estado mental más equilibrado. Una de las técnicas de respiración consiste en vaciar completamente los pulmones ya sea por la nariz o la boca, seguido de una inhalación profunda durante cuatro segundos, una pausa con el aire en los pulmones por otros cuatro segundos, una exhalación lenta de la misma duración y finalizar con una pausa de cuatro segundos antes de repetir el ciclo.