La ansiedad y el miedo son problemas frecuentes en muchos perros, que se pueden dar por experiencias traumáticas, una socialización limitada o su propia sensibilidad a ciertos estímulos. Zazie Todd, experta en comportamiento animal y autora del artículo de Modern Dog, observa que es común ver perros que se muestran nerviosos o asustados en situaciones cotidianas. “Recientemente vi a un perro lamiéndose los labios repetidamente, con la cola y la postura bajas mientras cruzaba una intersección concurrida”, relata Todd, haciendo referencia a las señales de estrés que a menudo pasan desapercibidas.
El entorno urbano puede resultar aterrador para algunos perros, y reconocer esas señales de ansiedad es fundamental para ayudarlos a sentirse más seguros. Todd ofrece una serie de recomendaciones prácticas para gestionar y aliviar los miedos en perros ansiosos, desde crear un espacio seguro en casa hasta emplear técnicas de entrenamiento basadas en el refuerzo positivo.
Espacio seguro
Este espacio puede ser una cama, una jaula, o un sillón designado exclusivamente para él, donde pueda retirarse cuando sienta miedo o estrés sin que nadie lo moleste. “Es fundamental que todos en el hogar respeten este lugar como un refugio para el perro”, explica Todd. En este entorno, el perro debe sentirse libre de entrar y salir sin presión, lo que le permitirá calmarse cuando lo necesite y, poco a poco, ganar confianza.
Más recomendaciones
El entrenamiento con refuerzo positivo y contra condicionamiento es otra de las herramientas clave para trabajar con perros ansiosos. En lugar de recurrir a métodos aversivos como collares de choque o correcciones con la correa, que según Todd están asociados con el aumento de estrés y miedo, el refuerzo positivo permite construir una asociación positiva con las situaciones que normalmente le generarían temor.
Para que el entrenamiento sea efectivo, se debe elegir cuidadosamente las recompensas que se ofrecen al perro. Es fundamental utilizar premios que realmente motiven al animal, como trozos de pollo, carne o queso, en lugar de los snacks habituales. El perro comenzará a entender que, al ver o estar cerca de aquello que le causa ansiedad, recibirá un trato positivo.
Todd enfatiza la importancia de respetar el ritmo del perro durante el proceso. Uno de los errores más comunes es avanzar demasiado rápido en el entrenamiento, lo que puede intensificar el miedo en lugar de reducirlo. Esto implica exponerlo gradualmente a la situación o al objeto que le produce miedo, manteniendo siempre una distancia donde el perro se sienta cómodo y reforzando cada acercamiento con las recompensas.
Además del entrenamiento en casa, los especialistas recomiendan buscar ayuda profesional para enfrentar los problemas de ansiedad o miedo en los perros. Pueden aportar técnicas adicionales y orientación personalizada. Entrenadores de perros, etólogos y veterinarios especializados en conducta animal son opciones que pueden guiar a los dueños en el proceso de desensibilización, ayudándoles a aplicar correctamente métodos de refuerzo positivo y contra condicionamiento.
Otra recomendación crucial es consultar a un veterinario para asegurarse de que no existan problemas médicos que estén contribuyendo a la ansiedad o al miedo del animal. Si el veterinario lo considera necesario, también puede sugerir el uso de medicación para tratar la ansiedad, un recurso que, al igual que en las personas, puede ser beneficioso en algunos casos para mejorar la calidad de vida del perro.
Para muchos perros, enfrentar sus temores con el apoyo de un entrenamiento amable y la ayuda de profesionales es clave para lograr una vida más tranquila y confiada. Al igual que las personas, los perros pueden superar situaciones estresantes cuando se sienten comprendidos y respaldados. Con el tiempo, y con el enfoque adecuado, estos animales pueden ganar confianza y aprender a interactuar con el mundo que los rodea sin miedo, lo que mejora tanto su calidad de vida como su relación con sus dueños.