En esta época del año no es casual sentirse cansada. A poco más de un mes del fin del año lectivo, con las fiestas pisándonos los talones, el estrés mental y físico ya se hace sentir.
A algunos les afecta también de manera anímica: se sienten decaídos, abatidos. La combinación de estrés físico y defensas bajas provoca un estado de vulnerabilidad que deja las puertas abiertas a las enfermedades.
Por eso, más allá del merecido descanso de los fines de semana, de las terapias alternativas relajantes que se puedan realizar –yoga, meditación, deportes como natación o ciclismo, o simples caminatas–, lo ideal es mantener una alimentación rica en determinados nutrientes y pobre en otros considerados "poco favorecedores" de la salud.
En ese sentido, y según especialistas en el tema, una nutrición errónea no sólo propicia la aparición de enfermedades puramente físicas, también promueve cuadros de depresión, ansiedad y déficit de la libido sexual.
Así de sencillo: lo que comemos todos los días puede ser la causa de gran parte del estrés que sufrimos. Y, por el contrario, hacer algunos cambios en la dieta puede significar un ahorro de energía y un plus de buena salud. "
Ya que comemos varias veces al día, todos los días de nuestra vida, es importante conocer las propiedades de cada alimento, sus virtudes terapéuticas y su afinidad con otros productos de la tierra", afirma la especialista Adriana Ortemberg, naturópata e instructora de cocina vegetariana, en su libro Guía básica de los súper alimentos, comida para disfrutar de salud y vitalidad (Océano Ámbar).
Y continúa: "La salud empieza en la mesa, y si la adornamos con productos naturales y energéticos, viviremos más y mejor. De nosotros depende que los alimentos sean nuestros aliados o enemigos".
¿FATIGA CRÓNICA? Ahora bien, si el cansancio es extremo, incluye dificultades para dormir, irritabilidad o mareos, es probable que estemos en presencia de un cuadro más complejo.
"El síndrome de fatiga crónica es una enfermedad grave y de larga duración que suele afectar a muchos sistemas del cuerpo, generando como síntoma principal un cansancio severo que no mejora con el descanso, dificultándole al paciente realizar sus tareas cotidianas e incluso confinándolo a la cama", advierte la Dra. Virginia Busnelli, médica especialista en nutrición y directora del Centro de endocrinología y nutrición Crenyf.
La especialista afirma que aún se desconoce la causa exacta de este síndrome y que si bien cualquier persona puede padecerlo, es más común en mujeres de entre 40 y 60 años de edad. "Las investigaciones se inclinan a buscar posibles causas de este síndrome en infecciones virales, alteraciones del sistema inmune y estrés, entre otras", agrega Busnelli.
"Dicen sentirse en un estado de gripe permanente", apunta la Dra. Andrea Miranda, directora médica de la Sociedad Argentina de Estética y Nutrición Integral (SAENI).
Y agrega: "Tiene que ver con cuestiones del estrés crónico que afecta a muchas personas a esta altura del año, sumado a una alimentación inadecuada y falta de descanso óptimo. Algunos especialistas lo relacionan con enfermedades como la fibromialgia, otros síndromes como el de intestino irritable o el de Sjögren, o con el trastorno por estrés postraumático, pero no está del todo estudiado".
Para la Dra. María Alejandra Rodríguez Zía, médica clínica y endocrinóloga, la fatiga crónica puede responder a una carencia de nutrientes fruto tanto de un cuadro de desnutrición como de uno de sobrepeso. "Cualquier patología crónica, desde una diabetes descompensada hasta la obesidad, puede conducir a padecer cansancio extremo.
Y, por supuesto, también las enfermedades autoinmunes graves, las degenerativas y el cáncer tendrán la fatiga entre sus síntomas, aunque en esos casos ya estamos hablando de pacientes que necesitan un tipo de tratamiento más complejo", afirma la médica. Ya que no existe cura para este síndrome, los tratamientos médicos apuntan a aliviar los síntomas.
"Mediante técnicas combinadas de manejo del sueño, medicación para reducir el dolor, la ansiedad y la depresión, el acompañamiento psicológico, diferentes prácticas de relajación y reducción del estrés, se logra una mejoría, aunque lo más importante es mantener una alimentación saludable que aporte todos los nutrientes, minerales y vitaminas para disminuir ese cansancio", puntualiza la Dra. Busnelli.
Entonces, ¿qué debemos comer? "En líneas generales, algunos alimentos que aportan energía al organismo son la banana, la palta y el brócoli (contienen potasio para la recuperación muscular), el huevo, los frutos secos, las semillas de chía, la avena y los cereales integrales en general, legumbres, carnes rojas, pescado, ají morrón, hongos.
También es importante beber de 2 a 3 litros de agua diarios y evitar los alimentos procesados o frituras que producen el efecto contrario y no le dan al organismo los nutrientes que necesita. Siempre aconsejo consultar a un nutricionista porque hay que evaluar diferentes factores; en cada caso particular las recomendaciones van a ser diferentes", señala la Dra. Miranda.
Según Rodríguez Zía, los alimentos más recomendables para combatir la fatiga son los que aportan vitaminas del complejo B, entre ellos las frutas y los vegetales, que deben consumirse crudos, complementando una dieta ictio-ovo-vegetariana.
"Mi recomendación es comer pescado a diario, incluir uno, dos y hasta cuatro huevos por día en la alimentación, siempre teniendo en cuenta la edad y la actividad física de cada persona, frutas de estación, que se deben consumir preferentemente por la mañana, y todo tipo de vegetales, idealmente crudos y, de ser posible, orgánicos", apunta la médica, también especialista en medicina ortomolecular.
Para lograr el efecto buscado las especialistas consultadas coinciden en afirmar que se debe disminuir el consumo de tabaco, alcohol, cafeína, bebidas azucaradas, grasas hidrogenadas y azúcares refinados. Habrá que probar.
Textos: Fabiana Polinelli. Fotos: Latinstock
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