Padecer ansiedad es cada vez más común, desde aquel que tiene un incidente aislado y hasta quien sufre ya de un trastorno por sus constantes episodios.
La ansiedad se define como preocupación y miedo intensos, excesivos y continuos ante situaciones cotidianas que regularmente ocasionan taquicardias, respiración agitada, sudoración y sensación de cansancio.
Si bien se necesita un tratamiento médico para controlar un trastorno de ansiedad, existen opciones naturales que ayudan a disminuir estos episodios, tanto para los pacientes diagnosticados como para los casos eventuales.
Una de estas opciones es una planta de la que poco se habla de sus cualidades medicinales: la lavanda.
Así pasa con ciertas hierbas, que son utilizadas principalmente en un rubro de la vida y en ocasiones se ignoran sus otras cualidades, como el orégano o el laurel.
Históricamente la lavanda es utilizada en la cosmetología, muy ocasionalmente en pomadas, como plantas de ornato, es decir, como elemento de decoración; para la obtención de concentrados aromatizantes y, en menos ocasiones, con fines de condimentación y combate de plagas.
Lavanda contra la ansiedad y otros padecimientos
La planta tiene grandes cualidades medicinales que se deben a sus componentes como terpenos, terpenoides y moléculas alifáticas de bajo peso molecular, así como el limonene, aldehídos cinámicos, linalol, vainillina y carvacrol.
Para disminuir la ansiedad, se recomienda inhalar aceite de lavanda. Sin embargo, su uso no se limita a este padecimiento, sino que el aceite también se usa contra dolores de cabeza, casos de demencia -ya sea normal o severa-, para mejorar la falta de atención y tratar ataques de agitación.
Además, el extracto de la flor de la lavanda presenta una alta capacidad antioxidante y antinflamatoria.
No hay estudios que reporten efectos tóxicos o secundarios para la lavanda. Sin embargo, no se debe abusar en su uso y debe ser utilizada como cualquier planta medicinal, con precaución y con medida, además, ante cualquier reacción ocasionada por su uso, éste debe suspenderse.
¿Cómo obtener aceite de lavanda?
El aceite de lavanda puede comprarse en cualquier supermercado, pero también puede ser elaborado desde cero. Solo se necesita una flor de lavanda, aceite de olivo extra virgen y dos recipientes de vidrio previamente esterilizados.
Para esterilizar los recipientes de vidrio lo único que tienes que hacer es desinfectarlos en baño maría, es decir, meterlos a un recipiente con agua, dejar que este hierva y que el vapor esterilice.
El primer paso para hacer aceite de lavanda consta en colocar las hojas de lavanda en el recipiente de vidrio hasta cubrirlo por completo y luego agregar el aceite de olivo extra virgen hasta cubrir toda la flor de lavanda.
Este recipiente se debe dejar reposar durante al menos 30 días, se recomienda dejarlo cerca de una ventana o en cualquier lugar donde pueda darle el sol.
Cuando pase el lapso de 30 días, se tiene que colar la escencia de la lavanda en el otro recipiente de vidrio y taparla, preferentemente con un corcho, así podrás guardarlo y usarlo cuando sea necesario.
Con información de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural del Gobierno de México
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