La pérdida de masa muscular: ¿Cuándo comienzo a ver afectadas mis ganancias si dejo de entrenar?

La inactividad afecta a tus músculos y pero se pueden tomar medidas para minimizar la pérdida

Guardar
Mantener una adecuada ingesta de
Mantener una adecuada ingesta de proteínas es esencial para conservar el músculo. CRÉDITO: Pexels

Cuando una persona deja de entrenar, puede enfrentar una variedad de cambios físicos, siendo la pérdida de masa muscular uno de los efectos más evidentes. Aunque los músculos tienen cierta resistencia, no son inmunes a los efectos del desuso.

Aquellos que buscan aumentar su nivel musculatura deben concentrarse en rutinas que incluyan entrenamiento con pesas y limitar el ejercicio cardiovascular. Sin embargo, muchos se preguntan si dejar de ejercitarse por un cierto período de tiempo puede impactar negativamente su progreso.

¿Cuándo empezaré a perder músculo si dejo de entrenar?

El primer aspecto a considerar es el historial de entrenamiento del individuo. Para aquellos que han comenzado recientemente a levantar pesas y no tenían una rutina previa, la velocidad de pérdida muscular será diferente. Los principiantes suelen tener una ventaja, ya que pueden ganar músculo más rápidamente. Esto se debe a que, al iniciar a ejercitarse, el cuerpo responde de manera más efectiva a los estímulos lo que resulta en un crecimiento muscular acelerado.

Por otro lado, las personas con una preparación física más avanzada ya tienen un nivel de tono muscular más elevado, lo que significa que la pérdida de masa muscular puede comenzar más pronto. Según investigaciones científicas, el tiempo máximo que se puede estar sin entrenar antes de experimentar pérdida muscular oscila entre dos y cuatro semanas.

La pérdida de masa muscular
La pérdida de masa muscular puede comenzar en tan solo dos semanas de inactividad pero dependerá de cada caso. (Imagen Ilustrativa Infobae)

¿Cómo evitar la pérdida de músculo a pesar de no entrenar?

Es importante destacar que, para conservar la masa muscular, hay otros factores más allá del entrenamiento físico. Mantener una adecuada ingesta calórica y un consumo suficiente de proteínas (entre 1,6 y 2,2 g/kg diarios) es crucial.

Además, mantenerse activo en la vida diaria puede facilitar la conservación del músculo. Actividades simples como caminar cada día pueden marcar la diferencia. Dejar de entrenar no significa que debas pasar todo el tiempo en cama o en el sofá. Puedes realizar movimientos ligeros o ajustar tu rutina de ejercicios según cómo te sientas.

El sueño también juega un papel vital. Durante las fases profundas del sueño, el cuerpo libera hormonas anabólicas, como la testosterona y la hormona del crecimiento, que son esenciales para la reparación y el crecimiento del tejido muscular. El descanso adecuado no solo impacta la recuperación de los músculos, sino que también ayuda en la sintetización de proteínas y en la regulación del metabolismo.

Finalmente, es fundamental gestionar los niveles de estrés. La imposibilidad de entrenar puede generar ansiedad o frustración, pero es crucial no obsesionarse con ello.

El sueño profundo facilita la
El sueño profundo facilita la liberación de hormonas anabólicas cruciales para la reparación muscular. (Imagen Ilustrativa Infobae)

¿Qué papel juega la memoria muscular?

La memoria muscular se refiere a la capacidad del músculo para recordar y adaptarse a las cargas de trabajo a las que ha estado expuesto. Cuando se mantiene un régimen de entrenamiento efectivo, los músculos experimentan estímulos, trabajan bajo tensión, y sufren pequeñas roturas que, al repararse, contribuyen al crecimiento muscular.

Así, al reanudar el ejercicio después de un periodo de inactividad, los músculos activan nuevamente esos procesos, facilitando un regreso más rápido a los niveles previos de fuerza y resistencia. En resumen, volver al estado deseado requerirá menos tiempo para aquellos que ya han entrenado en el pasado, en comparación con quienes están comenzando su camino en el gimnasio.

Guardar