Consumir proteínas es esencial para quienes asisten al gimnasio debido a su papel crucial en la reparación y el crecimiento muscular. Las proteínas son los bloques de construcción de los músculos y, durante el ejercicio, especialmente en actividades de resistencia y levantamiento de pesas, las fibras musculares sufren micro desgarros.
La ingesta adecuada de proteínas ayuda a reparar estos desgarros, promoviendo la recuperación y el fortalecimiento del tejido muscular, lo que a su vez puede mejorar el rendimiento y aumentar la masa muscular.
Una forma ideal y deliciosa de consumir proteínas es a través de un licuado, una de las bebidas más fáciles de preparar, con un gran sabor y una gran ventaja: puedes concentrar en un solo trago un montón de ingredientes y, por tanto, de bondades.
Un licuado de proteína no tiene porque ser aburrido, hay muchas formas de prepararlos y existen gran diversidad de ingredientes que puedes ocupar para darle un sabor distinto. Este licuado de fresa con avena viene bien por las mañanas, pues además de ser una bomba proteica para el gimnasio te va a dar energía para estar más despierto todo el día.
El licuado de avena con fresas: una receta y los beneficios de cada ingrediente
Ingredientes:
- 1 taza de fresas frescas o congeladas
- 1/2 taza de avena
- 1 scoop de proteína en polvo (sabor vainilla o neutra)
- 1 taza de leche (puede ser de vaca, almendra, soya o tu opción preferida)
- 1 cucharadita de miel (opcional)
- 1/2 taza de hielo (opcional)
Preparación:
- Lava bien las fresas y retira las hojas.
- Coloca las fresas, la avena, la proteína en polvo y la leche en una licuadora.
- Si deseas, agrega la miel y el hielo.
- Licúa hasta obtener una mezcla homogénea.
- Vierte en un vaso y disfruta.
Los beneficios:
Fresas: Ricas en antioxidantes, vitamina C y minerales como el manganeso. Ayudan a combatir el estrés oxidativo, fortalecen el sistema inmunológico y mejoran la salud de la piel.
Avena: Fuente de carbohidratos complejos y fibra soluble. Promueve la saciedad, regula el azúcar en sangre y contribuye a la salud digestiva. Además, proporciona energía sostenida.
Proteína en Polvo: Ayuda en la reparación y crecimiento muscular. Ideal para la recuperación post-entrenamiento y para mantener una dieta equilibrada en proteínas, esencial para los procesos metabólicos.
Leche: Proporciona calcio, proteínas y vitaminas D y B12. Fortalece los huesos, apoya la función muscular y contribuye a una dieta equilibrada.
Miel: Fuente natural de antioxidantes y energía rápida. Aporta un sabor dulce y beneficios antibacterianos, aunque opcional si se desea reducir el aporte calórico.
Hielo: Añade frescura y una textura más espesa sin aportar calorías adicionales, ideal para un licuado refrescante.
Los tres alimentos con más proteína que puedes comprar en el supermercado
Pollo: El pollo, especialmente la pechuga, es una de las fuentes de proteína más accesibles y populares. Contiene aproximadamente 31 gramos de proteína por cada 100 gramos. Además de ser bajo en grasa, es versátil y puede ser preparado de múltiples maneras, lo que facilita su inclusión en diversas comidas.
Huevos: Los huevos son una fuente económica y altamente nutritiva de proteína, con aproximadamente 6 gramos por unidad. Además de proteínas, aportan importantes nutrientes como vitaminas B12 y D, colina y ácidos grasos omega-3. Son ideales tanto para desayunos como para preparaciones rápidas y nutritivas.
Legumbres: Los frijoles, lentejas y garbanzos son excelentes fuentes de proteínas vegetales, con alrededor de 9 gramos por cada 100 gramos en el caso de las lentejas cocidas. Además, son ricos en fibra, hierro y otros micronutrientes esenciales, lo que los convierte en una opción saludable y equilibrada para complementar una dieta diaria.