En innumerables ocasiones hemos escuchado o leído que el dormir bien es parte de las cosas que debemos hacer, ya que de una u otra manera, el no hacerlo puede ser un factor de riesgo para el desarrollo de varias enfermedades o padecimientos.
La falta de sueño puede ser perjudicial, tanto a corto plazo, pudiendo ser letal mantenerse despierto durante un periodo de tiempo consecutivo prolongado, por lo que la recomendación para evitar todo ello es dormir ocho horas ininterrumpidamente.
Hora ideal
No obstante, pese a lo recomendado, ¿Qué hora es la adecuada para irse a dormir?
Un estudio auspiciado por el Centro Nacional de Información Biotecnológica (NCBI, por sus siglas en inglés), descubrió que la hora en que uno se va a dormir puede tener un gran impacto en el bienestar mental aunque se sean las -ocho- horas recomendadas, si lo hace a horas tardías, su salud mental se verá comprometida.
Luego de analizar a 73 mil 888 personas, la investigación indicó que aquellos que son madrugadores y se acuestan temprano -sin especificar hora-, tienen mejor salud mental que los que también son madrugadores, pero se acuestan tarde, por ello, dormir temprano es lo que realmente cuenta para sentirse bien.
“La salud mental se ve influida de forma independiente por la inclinación a dormir en momentos específicos (cronotipo) y el momento real del sueño (conducta). Sin embargo, el cronotipo y el momento real del sueño suelen estar desalineados”, refiere la tesis.
“En comparación con los tipos matutinos con comportamiento temprano (alineados), los tipos matutinos con comportamiento tardío (desalineados) tenían un mayor riesgo de tener trastornos mentales, conductuales y del neurodesarrollo, así como depresión y ansiedad”, es decir, que aquellos que se desvelan y se levantan tarde son más propensos a desarrollar algún tipo de trastorno mental o neuronal, explica el documento.
El texto concluye que, “Para envejecer de manera saludable, las personas deben comenzar a dormir antes de la 1 de la mañana, a pesar de las preferencias cronobiológicas”, por ende, el modificar nuestros hábitos de sueño y descanso desde ahora tendrán repercusiones positivas para nuestra salud mental en el futuro.