Este es el yogurt de fresa que podría causarte cáncer de colón, según un estudio

La organización Poder del Consumidor alertó que el producto tiene un aditivo que podría ocasionar cáncer de colon

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Un bowl de yogurt fresco reposa en la mesada de la cocina, invitando a empezar el día con una opción saludable. Este lácteo esencial en la alimentación proporciona nutrición y es parte de la canasta básica, accesible por su precio. Ideal para desayunos y meriendas, representa un equilibrio perfecto entre salud y sabor. Palabras clave: bowl de yogurt, desayuno, lácteo, merienda, alimento, alimentación, nutrición, comida, cocina, canasta básica, precio. (Imagen ilustrativa Infobae)
Un bowl de yogurt fresco reposa en la mesada de la cocina, invitando a empezar el día con una opción saludable. Este lácteo esencial en la alimentación proporciona nutrición y es parte de la canasta básica, accesible por su precio. Ideal para desayunos y meriendas, representa un equilibrio perfecto entre salud y sabor. Palabras clave: bowl de yogurt, desayuno, lácteo, merienda, alimento, alimentación, nutrición, comida, cocina, canasta básica, precio. (Imagen ilustrativa Infobae)

El yogurt de fresa es uno de los productos lácteos más consumidos, no sólo por ser un sabor tradicional para este producto sino que se considera un alimento de acompañamiento saludable para diversos platillos; sin embargo, esta semana la organización El Poder del Consumidor alertó sobre una marca que podría ser dañina para la salud.

En su página de internet, la asociación publicó una radiografía del yogurt de fresa de la marca Lala, advirtiendo que el producto contiene un aditivo de origen natural que, dependiendo de su consumo, podría llegar a ocasionar diversas enfermedades gastrointestinales.

De acuerdo con la información de la organización, el yogurt de fresa Lala contiene el aditivo conocido como carragenina, el cual “es agresivo al tracto gastrointestinal” debido a que genera inflamación intestinal, sangrado e incluso, ha sido relacionado con cáncer de colon.

“Se han emitido alertas sobre su consumo, debido a estudios contundentes que evidencian sus efectos en todo el sistema gastrointestinal, especialmente en el intestino”, se lee en el documento.

(iStock)
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La asociación denunció que el producto lácteo también contiene Rojo Allura o Rojo 40, “un colorante asociado con la hiperactividad y el déficit de atención en la población infantil”.

“Además de la hiperactividad en niños, se ha observado en modelos animales que la constante ingesta de rojo allura causa inflamación en el colon, se asocia con cáncer de colon, y genera daños en el ADN y el microbioma de los sujetos experimentales”, señaló.

Detalló que este yogurt de fresa cuenta con un sello de advertencia por exceso de azúcares, ya que cada taza contiene cinco cucharas cafeteras de azúcar, lo cual sobrepasa el 10% del total de energía proveniente de azúcares añadidos, según lo establecido en la NOM-051 de etiquetado de alimentos y bebidas.

A esto se suma, que según el mismo estudio, la marca afirma que el yogurt tiene alto contenido de fruta, pero solo un 15% de la porción tiene trozos de fresa natural.

El Poder del Consumidor puntualizó que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que la ingesta de azúcares añadidos se limite a 10% del consumo calórico total diario. De acuerdo con este criterio, una taza de 250 g cubre 53.6% para adultos y 67% para niñas y niños.

Los especialistas en salud suelen recomendar el consumo de yogurt por sus beneficios a la flora intestinal, que se obtienen de los cultivos lácticos. No obstante, cuando el producto tiene exceso de azúcares, es importante valorar su ingesta. En este caso, el porcentaje que cubre para todo un día es excesivo, especialmente al tener en cuenta que es una sola taza.

Un tazón blanco rebosante de fresas suculentas y yogurt cremoso que cae en cascada. La vibrante frescura de las frutillas se mezcla con la suavidad del yogurt, creando una indulgencia visual. Un desayuno que invita a disfrutar de la dulzura y la salud. (Imagen ilustrativa Infobae)
Un tazón blanco rebosante de fresas suculentas y yogurt cremoso que cae en cascada. La vibrante frescura de las frutillas se mezcla con la suavidad del yogurt, creando una indulgencia visual. Un desayuno que invita a disfrutar de la dulzura y la salud. (Imagen ilustrativa Infobae)
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