Pepinos rellenos de gelatina, un snack rico en vitaminas A y C

Esta receta es una excelente colación, saludable y fácil de preparar, además de ser una opción novedosa para satisfacer un antojo bajo en calorías

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Esta receta es la combinación
Esta receta es la combinación perfecta para un snack refrescante (Imagen Ilustrativa Infobae)

En esta época de calor no hay nada mejor que comer algo fresco, nutritivo, además de picosito y ácido para satisfacer los antojos de la época. Esta receta puede parecer algo extraña, pero sin duda es una excelente opción para darle un giro a las opciones que tenemos para ofrecerle a los invitados o degustar entre comidas.

Los beneficios de esta receta son muchos, pues al ser preparada con una versión light de gelatina las calorías se reducen considerablemente. Según el laboratorio de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), uno de los ingredientes principales de los sobres de gelatina es el azúcar, una porción de 130 gramos puede contener hasta 19 gramos, mientras que en las versiones light se sustituye por edulcorantes, que no proporcionan calorías pero sí el dulzor.

Además, el pepino es una hortaliza de bajo aporte calórico, pues tiene un reducido contenido en hidratos de carbono y un elevado contenido de agua. Aporta fibra, vitamina A, esencial para la visión, el buen estado de la piel y cabello; vitamina C, importante para la formación de colágeno, glóbulos rojos, huesos y dientes, según el Gobierno de México.

Para cerrar con broche de oro, según el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera del Gobierno de México, el mango, otro ingrediente de este snack, aporta carbohidratos naturales, fibra y potasio; además de una cantidad importante de vitaminas A y C.

Receta de los pepinos rellenos de gelatina

La combinación de texuras y
La combinación de texuras y sabores harán de esta receta tu nuevo snack favorito (Imagen Ilustrativa Infobae)

Esta receta alcanza para 4 porciones, tiene una dificultad baja de preparación, puede cocinarse en 3 horas y aporta 8.9 kcal por cada 100 gramos.

Ingredientes

  • 2 pepinos
  • 1 litro de agua
  • 1 sobre de gelatina de limón light
  • 1 taza de mango cortado en cubitos
  • Chile en polvo
  • Salsa picante

Preparación

  1. Pela los pepinos con un rallador, pero deja líneas de cáscara; corta la punta del pepino y con ayuda de un descorazonador, ahueca el pepino para retirar toda la pulpa. Reserva.

Si no tienes descorazonador, puedes utilizar un popote para retirar la pulpa del pepino.

  1. Calienta el agua, agrega la gelatina sabor limón, mezcla hasta disolver.
  2. Deja enfriar y reserva.
  3. Coloca los pepinos en un vaso para sostenerlos, acomoda dentro los cubos de mango, vierte la gelatina de limón y refrigera hasta que cuaje.
  4. Corta rebanadas de pepino.
  5. Sirve con chile en polvo y salsa picante.

Si tienes antojo de algo más picante puedes hacer una salsa mezclando chamoy, chile en polvo y limón para sumergir las rodajas de pepino.

¿Por qué nos gusta el picante?

El consumo de picante está
El consumo de picante está relacionada con la producción de endorfinas (Pixabay)

El chile es un ingrediente fundamental en la cocina mexicana y es que se cree que fue domesticado hace 6 mil años en el valle de Tehuacán, al sur de México. Los chiles se extendieron con rapidez por Mesoamérica, convirtiéndose en un ingrediente esencial en la cultura prehispánica. Los españoles llevaron el chile a Europa y Asia, lo que lo llevó a adaptarse a diferentes climas y mutando en variedades nuevas, según la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural.

Según el gastroenterólogo Hector Gómez Jaramillo del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) consumir picante estimula la liberación de endorfinas, lo que produce una sensación de placer, entre más picante sea, mejor es la sensación de bienestar que causa.

La sensación de picante es útil para la circulación sanguínea, también contiene vitaminas A y C, lo que previene problemas en la vista, encías y dientes. Según la Academia de Ciencias de Morelos, el chile contiene capsaicina, químico que se une a una especie de detector de calor que hay en la lengua llamado RPTV1.

Cuando se consume picante estos receptores le dicen al cerebro que hay calor en la boca, el cerebro reacciona diciéndole al cuerpo que se enfríe, por lo que comienza a liberar saliva y sudor. Esta es la razón por la que la cara y manos se pueden poner rojas cuando estamos enchilados.

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