Interior del restaurante Bravissimo (Cedida)Cada restaurante tiene una historia y, para entender el concepto de Bravissimo (Paseo del Pintor Rosales 52), primero hay que conocer la de Lapo, la persona que le dio vida. Nacido en Cremona, al norte de Italia, pasó su infancia jugando entre las mujeres que cocinaban en su casa y danzando entre los fogones del pequeño restaurante que tenía su tía. Mientras ellas cocinaban, él observaba con admiración lo que sucedía en las ollas y sartenes, platos de cocina casera de base italiana que bebían también de otras culturas.
Y es que, aunque por esa época la fusión de cocinas no era algo común, sobre los fogones de su casa los sabores se comenzaban a mezclar. La razón era su tío, un gran amante de los viajes que recorrió países de Latinoamérica, Europa y Asia, trayendo en la maleta un ápice del sabor de cada una de estas gastronomías. Sin darse cuenta, Lapo vivió cómo este restaurante familiar se convirtió en la mejor embajada culinaria que existiera.
Todo esto marcó a Lapo y, por eso, decidió construir el concepto de Bravissimo, un restaurante que hiciese un homenaje al linaje de mujeres cocineras que le criaron, a ese saber hacer culinario que vivió en su infancia y que le enseñó los sabores de rincones desconocidos del planeta. El restaurante abrió sus puertas a finales de 2023, en el paseo del Pintor Rosales, frente al Parque del Oeste, en un pequeño local lleno de detalles que te transporta por el mundo sin salir de Madrid.
Exterior del restaurante Bravissimo (Cedida)Al igual que hizo su tío, Bravissimo nos lleva de la mano a volar por todo el planeta. Eso sí, siempre volviendo al hogar, a Italia, a través de referencias en sabores, ingredientes y recetas. Todo comienza con su carta, impresa en una tarjeta de embarque comestible hecha con pan ácimo de harina de trigo. Y empieza el viaje.
Bajo el título ‘Check in’ se enumeran los entrantes, con delicias como el taco de osobucco, una fusión entre el clásico mexicano y esta carne propia de la gastronomía de Milán. Sus croquetas de curry masala abren el apetito y la mente para el viaje que acabamos de comenzar.
Llegamos a la siguiente sección, la ‘Puerta de embarque’, haciendo parada en España. con sus ‘callos no tan a la madrileña’, preparados con níscalos y una base napolitana, en Corea, con sus pops de gamba con Korean mayo y de nuevo en México, con su canelón de cochinita pibil.
Pops de gamba de Bravissimo (Cedida)‘Ya estamos volando’ cuando llegamos a sus principales, sobrevolando Asia con recetas como su solomillo con reducción de Chianti, uno de los vinos tintos italianos más prestigiosos del mundo, acompañado de verduras al wok. Es imprescindible aterrizar con buen sabor de boca y, para ello, sugerentes postres, entre ellos, su tiramisú o su torrija caramelizada.
Todos estos platos pueden probarse en su carta, pero también conforman dos menús que buscan dejarnos probar un poco de todo. Uno de ellos es un menú del día conformado por primer y segundo plato, así como bebida, postre o café, todo por un precio de 25 euros por persona. A esta opción se suma su menú ejecutivo, por 35 euros.
Canelón de cochinita pibil de Bravissimo (Cedida)Más allá de su cocina, Lapo quería dar una personalidad propia al restaurante, creando un espacio que sorprenda, algo para lo que contó con los interioristas Simone Cammilletti y Laura Andreu. Así, cada rincón de este esquinazo se inspira en un país diferente, con los detalles de elegantes de un café parisino, un rincón tropical inspirado en el animado Brasil, un recoveco inspirado en la arquitectura andaluza y una clásica Vespa roja italiana coronando la sala.
Al igual que en su carta conviven influencias de gastronomías de todo el mundo, el italiano quería que este concepto se conjugara con otra de sus grandes pasiones, el arte. Así, en sus paredes, cuelgan obras que llevan la firma de reconocidos nombres como Andrés Mejías, Manu González y Arilio Infante, imágenes que conviven con murales de Frida Kahlo y Lola Flores y asientos tapizados con las pinturas más icónicas de la historia del arte.