Cinco recetas para sacar partido al queso cottage, el lácteo alto en proteínas y bajo en grasas que triunfa en el mundo ‘healthy’

Perdido durante décadas entre las muchas y muy variadas opciones de la sección de lácteos, vuelve ahora con más fuerza que nunca como uno de esos alimentos de moda que nos aparece hasta en la sopa. Hablamos del queso cottage, un tipo de queso fresco suave, conocido por su textura grumosa y sabor ligero, cuyo origen se remonta a las casas del entorno rural inglés. Allí, este sencillo queso se elaboraba a partir de cualquier leche sobrante, siguiendo un proceso tradicional que hoy en día ha alcanzado cotas de popularidad sin precedentes.

El conocido como cottage es un queso bajo en grasas, rico en proteínas y con un bajo contenido de calorías, lo que lo convierte en una opción saludable cada vez más popular entre expertos y deportistas. Este lácteo, un básico ya en la dieta de muchos, se elabora a partir de leche coagulada utilizando enzimas o ácido, un proceso por el cual se separa la cuajada del suero para conseguir un queso suave de consistencia blanda y granulada.

Olvidados en ocasiones por aquellos que prefieren los intensos sabores del curado, los quesos frescos han ido ganando poco a poco protagonismo en la cocina, gracias, en parte, a su gran calidad nutricional y enorme versatilidad. Más allá del cottage, en esta lista encontramos otras opciones deliciosas e igualmente saludables como son el requesón, el queso quark, la ricota, la mozarella, la burrata o el queso fresco de Burgos, todos ellos con un sabor suave y un aroma lácteo de lo más característico.

Bajo en calorías y rico en proteínas y minerales, el queso cottage se ha convertido en un ingrediente de moda para quienes buscan seguir una alimentación saludable. Cada 100 gramos de este queso fresco aporta únicamente 80 calorías y 1,5 gramos de grasas, mientras que suma un aproximado de 11 gramos de proteína. Además, contiene suero de leche y caseína, una proteína de digestión lenta que nos ayuda a sentirnos saciados durante más tiempo.

En cuanto a los minerales y otros aportes interesantes, el queso cottage contiene cantidades considerables de selenio, magnesio, potasio, zinc y aporta una buena proporción de Omegas 3 y 6. Asimismo, su contenido de calcio y fósforo fortalece los huesos, aumentando su resistencia y mantenimiento a largo plazo. También destacan los aportes de vitamina A, imprescindible para la piel, y la vitamina B.

Aunque lo más frecuente es comprar este producto lácteo en el supermercado, en realidad preparar queso cottage de manera casera es de lo más sencillo, una opción accesible y práctica que no requiere de equipos especializados ni ingredientes difíciles de conseguir.

El proceso comienza calentando dos litros de leche entera en una cazuela. Es fundamental controlar la temperatura hasta alcanzar los 50 °C, momento en el cual se retira del fuego. En este punto, se incorpora aproximadamente 70 mililitros de vinagre de vino blanco, un ingrediente clave para iniciar la separación del suero y el cuajo.

Tras añadir el vinagre, es necesario remover suavemente la mezcla para facilitar la formación de los sólidos. Una vez que se observa esta separación, se tapa la cazuela y se deja reposar durante 30 minutos. Este tiempo de reposo es crucial para que el proceso de coagulación se complete de manera adecuada.

Posteriormente, la mezcla se pasa por un colador fino colocado sobre un recipiente grande, que recogerá el líquido sobrante. Una vez colado, el cuajo se enjuaga bajo un chorro de agua fría, lo que ayuda a eliminar cualquier residuo de suero y a enfriar el producto.

El siguiente paso consiste en escurrir al máximo los sólidos obtenidos y así obtener una textura adecuada. Una vez escurrido, el cuajo se transfiere a un bol, donde se añade una pizca de sal. Este condimento no solo realza el sabor, sino que también contribuye a la conservación del producto. Finalmente, el cuajo se desmenuza manualmente en piezas pequeñas, logrando la textura característica del queso cottage. El producto terminado debe almacenarse en un recipiente hermético y refrigerarse para mantener su frescura.

Este tipo de queso fresco puede disfrutarse solo, como alternativa al yogur, acompañado de fruta fresca, sobre tostadas, en ensaladas verdes, o usarse como ingrediente en recetas de lasaña o pasta y en diversos postres. Su versatilidad y, sobre todo, su valor nutricional, lo convierten en un ingrediente maravilloso que incluir en nuestro recetario. Estas son cinco ideas para utilizarlo en nuestras recetas y sacarle el máximo partido a este delicioso lácteo.

Esta ensalada es ligera, fresca y rica en proteínas. Es ideal como almuerzo rápido o como acompañamiento.

Ingredientes

• 2 tazas de canónigos
• ½ taza de queso cottage
• 1 manzana verde en cubos
• 2 cucharadas de almendras laminadas o nueces picadas
• 1 cucharada de pasas o arándanos secos
• Jugo de medio limón
• 1 cucharada de aceite de oliva
• Sal y pimienta al gusto

Preparación

1. Lava y seca bien los canónigos. Colócalos en un bol grande.
2. Agrega la manzana, el queso cottage, las almendras y las pasas.
3. Mezcla el jugo de limón, el aceite de oliva, la sal y la pimienta en un recipiente aparte.
4. Vierte el aderezo sobre la ensalada y mezcla suavemente antes de servir.

Una opción sencilla, sabrosa y perfecta como entrada o acompañamiento.

Ingredientes

• 4 pimientos pequeños (pueden ser rojos, amarillos o verdes)
• 1 taza de queso cottage
• 2 cucharadas de perejil fresco picado
• 2 cucharadas de cebollino fresco picado
• 1 diente de ajo picado finamente
• Sal y pimienta al gusto
• 2 cucharadas de aceite de oliva
• 1 cucharadita de pimentón dulce o ahumado (opcional)

Preparación

1. Precalienta el horno a 200 °C.
2. Lava los pimientos, córtalos por la mitad a lo largo y retira las semillas y las membranas internas.
3. En un bol, mezcla el queso cottage con el perejil, el cebollino, el ajo, la sal y la pimienta. Ajusta los condimentos a tu gusto.
4. Rellena cada mitad de pimiento con la mezcla de queso cottage.
5. Coloca los pimientos en una bandeja para horno. Rocía con aceite de oliva y, si lo deseas, espolvorea un poco de pimentón por encima.
6. Hornea durante 20-25 minutos, hasta que los pimientos estén tiernos y el queso comience a dorarse ligeramente.
7. Sirve caliente o a temperatura ambiente como entrada, acompañamiento o plato principal ligero.

Perfecta como plato principal o aperitivo. Es baja en carbohidratos y muy saciante.

Ingredientes

• 2 tazas de espinacas frescas
• 1 taza de queso cottage
• 3 huevos
• 1/3 taza de queso rallado
• 1 diente de ajo picado
• Sal, pimienta y nuez moscada al gusto

Preparación

1. Precalienta el horno a 180 °C.
2. Saltea las espinacas en una sartén con un poco de aceite y ajo picado hasta que se reduzcan.
3. En un bol, mezcla el queso cottage, los huevos, el queso rallado, la sal, la pimienta y la nuez moscada.
4. Añade las espinacas salteadas y mezcla bien.
5. Vierte la mezcla en un molde previamente engrasado y hornea durante 20-25 minutos, o hasta que la tarta esté firme y ligeramente dorada.
6. Deja enfriar unos minutos antes de servir.

Un desayuno o merienda rápida, equilibrada y llena de nutrientes.

Ingredientes

• 2 rebanadas de pan integral
• ½ taza de queso cottage
• ½ aguacate maduro en rodajas
• 1 tomate en rodajas
• Semillas de chía o sésamo (opcional)
• Sal y pimienta al gusto

Preparación

1. Tuesta las rebanadas de pan integral.
2. Extiende una capa generosa de queso cottage sobre cada rebanada.
3. Coloca rodajas de aguacate y tomate encima.
4. Espolvorea con semillas de chía o sésamo, y sazona con sal y pimienta.
5. Sirve inmediatamente.

Un postre saludable, fácil de hacer y perfecto para el desayuno o como snack.

Ingredientes

• 1 taza de queso cottage
• ½ taza de granola
• 1 taza de frutas frescas (fresas, kiwi, mango, arándanos o plátano)
• 1 cucharadita de miel o jarabe de agave (opcional)
• 1 pizca de canela (opcional)

Preparación

1. En un vaso o recipiente transparente, coloca una capa de queso cottage en el fondo.
2. Encima, añade una capa de frutas frescas y otra de granola.
3. Repite las capas hasta llenar el vaso.
4. Rocía con un poco de miel o jarabe de agave y espolvorea una pizca de canela para un toque extra.
5. Sirve frío y disfruta de un postre equilibrado y delicioso.