Una nutricionista explica por qué debes lavar el arroz antes de cocinarlo: “Se acumula una gran cantidad de tóxico”

El arroz es un alimento básico en muchas culturas y un ingrediente fundamental en la cocina. Sin embargo, una pregunta recurrente es si es necesario lavarlo antes de cocinarlo. Según Julia Farré, nutricionista y creadora de contenido en Instagram, este paso puede marcar la diferencia tanto en el resultado final del plato como en su impacto nutricional.

Uno de los principales motivos para lavar el arroz antes de cocinarlo es eliminar el exceso de almidón. Este compuesto, presente de forma natural en el cereal, puede influir en la textura del plato. Julia Farré explica que, al enjuagar el arroz, se suprime una gran cantidad de almidón, lo que permite que los granos queden más sueltos al cocinarlos. Esto es ideal para preparaciones como ensaladas de arroz o guarniciones en las que se busca una consistencia ligera. Por el contrario, cuando no se lava, el arroz conserva su almidón, lo que lo hace más adecuado para platos jugosos como risottos o paellas.

Más allá de la textura, existe una razón de peso para lavar el arroz: la supresión de arsénico. Este compuesto tóxico puede acumularse en los granos debido al sistema de cultivo del arroz, que se desarrolla en campos inundados. Julia Farré explica que al lavar el arroz se logra reducir hasta un 90% de su contenido de arsénico.

Aunque no todos los arroces tienen niveles significativos de este tóxico, su presencia depende de los minerales presentes en el suelo donde se cultiva. Por ejemplo, el arroz proveniente del Delta del Ebro en España tiene un bajo contenido de arsénico. Según Farré, este tipo de arroz es una excelente opción para preparar paellas, ya que puede cocinarse sin necesidad de lavarlo previamente.

Si decides lavar el arroz, lo ideal es hacerlo de la siguiente manera para maximizar los beneficios:

• Enjuaga el arroz bajo agua fría: coloca el arroz en un colador o bol y pásalo por agua fría mientras lo remueves con las manos.
• Repite el proceso varias veces: cambia el agua hasta que esta salga clara. Esto asegura la eliminación de la mayor parte del almidón y posibles impurezas.
• Escurre bien el arroz: antes de cocinar, asegúrate de que el arroz no tenga exceso de agua para evitar alterar las proporciones de la receta.

La recomendación de lavar el arroz varía según el tipo de preparación y el origen del cereal. En recetas donde se busca un grano más suelto, como platos asiáticos o guarniciones, el lavado es clave. Por otro lado, si utilizas arroz de alta calidad con bajo contenido de arsénico, como el del Delta del Ebro, puedes optar por omitir este paso si la receta lo permite.

En definitiva, lavar el arroz no sólo influye en la textura del plato, sino también en su seguridad alimentaria. Tal como subraya Julia Farré, adoptar este hábito es una medida sencilla que puede marcar la diferencia en tu alimentación diaria. Este enfoque, práctico y basado en información científica, ha despertado interés en redes sociales, donde Farré comparte consejos nutricionales para su audiencia.