Uno de los platos más populares y famosos en la gastronomía española es la tortilla de patata. Una elaboración que es todo un éxito en todo el mundo, pero que es el foco de cientos de debates acerca de su preparación. Los hay quienes la prefieren muy hecha, poco hecha o en un término medio, pero también que la prefieren con o sin cebolla. En ese sentido, las guerras culinarias se han disparado en los últimos tiempos con la disparidad de gustos entre los propios chefs. A pesar de que no hay un consenso, y parece que no lo habrá jamás, lo que es un hecho es que la propia elaboración en sí es todo un reclamo en restaurantes, bares y hogares de todos los rincones.
Tal es la magnitud, que los supermercados venden desde hace tiempo sus propias tortillas para tener únicamente que calentarlas y servirlas en la mesa. Un reclamo típico en celebraciones, como cumpleaños o fechas destacadas en el calendario, que sacan de apuros a aquellos que no se desenvuelven bien en la cocina o que no pueden cocinar para tanta gente. Sin embargo, estos productos envasados tienen difícil comparación con los caseros, ya que llevan ingredientes distintos, a la par que aditivos y conservantes. Por ello, Boticaria García ha compartido una publicación en su Instagram donde habla sin filtros sobre los detalles a valorar de una tortilla comprada.
¿Es una buena opción? ¿A qué debemos prestar atención?
A lo largo de su publicación, la experta en nutrición plantea una serie de recomendaciones a valorar a la hora de seleccionar qué producto de los múltiples que encontramos en los estantes comprar. No obstante, antes de entrar en materia deja ver una evidencia. “Cómo la de tu abuela ninguna”, comienza para zanjar antes de nada que lo hecho en casa siempre es la mejor opción de todas. Después, da respuesta a la pregunta clave: “¿Es una buena opción?”. A ello deja la siguiente reflexión: “Como alternativa de vez en cuando, así para unas prisas, para una casa rural, sí puede ser una opción”, complementa la dietista.
Sin embargo, inmediatamente después deja una condición para ella imprescindible: leer los etiquetados. “Fíjate porque no todas son iguales”, describe. En primer lugar, recomienda prestar atención a los porcentajes de los ingredientes, donde prima en importancia el del huevo y la patata. “Fíjate en que el porcentaje de huevo y patata sea importante”, sugiere, donde lo normal es que estén entre el “20 o 30 por ciento”. Por otro lado, también avisa sobre los aceites empleados, cruciales para el sabor y cocinado de las tortillas. “Casi todas llevan aceite de girasol”, expone, aunque hay algunas excepciones que incluyen aceite de oliva.
Por tanto, la conclusión que saca la experta es que la suma de los tres ingredientes clave supongan casi el 100% de los ingredientes. “A mí lo que me importa es que entre huevo, patatas fritas y cebolla sume más de un 98% de ingredientes que son de verdad”, esclarece Boticaria García. Ante esta declaración, algunos se preguntaban que sería ese porcentaje restante, donde al ser un producto envasado, esa pequeña cantidad se compone de conservantes y aditivos.