Desde la antigüedad, la humanidad se ha servido de las flores del naranjo para extraer aceite de flor de azahar, un producto muy valorado tanto en cosmética como en la aromaterapia por su aroma delicado, dulce y florar, así como por sus múltiples propiedades terapéuticas. Tradicionalmente se ha sido utilizado para promover el bienestar emocional, cuidar la piel y tratar diversas afecciones físicas. Sin embargo, como cualquier sustancia natural, su uso debe ser moderado y consciente, ya que puede presentar algunas contraindicaciones en ciertos casos.
El aceite de flor de azahar posee una amplia variedad de propiedades que lo convierten en un recurso valioso tanto en la salud como en la belleza. Entre sus principales características se destacan sus propiedades calmantes y relajantes, pues sus compuestos activos, como el linalool y el limoneno, tienen efectos sedantes que ayudan a relajar el sistema nervioso, reducir el estrés, la ansiedad y el insomnio.
Su contenido en antioxidantes contribuye a que protegen la piel del daño causado por los radicales libres, promoviendo la regeneración celular y retrasando el envejecimiento cutáneo; al mismo tiempo, su aplicación tópica puede calmar irritaciones cutáneas, aliviar el enrojecimiento y combatir infecciones bacterianas o micóticas.
En aromaterapia, se utiliza para aliviar problemas digestivos como hinchazón, indigestión o cólicos, ya que promueve la relajación del tracto gastrointestinal.
Beneficios del aceite de flor de azahar
Gracias a su capacidad para calmar la mente y reducir el estrés, el aceite de azahar es una opción ideal para combatir la ansiedad y los estados de ánimo bajos. Por ello, inhalar su aroma a través de un difusor o aplicarlo en puntos estratégicos como las muñecas puede generar una sensación inmediata de calma y equilibrio.
Este aceite es ideal para todo tipo de pieles, especialmente las sensibles, secas o maduras, pues ayuda a hidratar la piel, reducir la apariencia de líneas finas y cicatrices, y calmar afecciones como el eccema o la rosácea. Además, su efecto regenerador contribuye a mantener la elasticidad y luminosidad natural de la piel.
Por sus propiedades relajantes, el aceite de azahar es un remedio natural para quienes tienen dificultades para conciliar el sueño. Añadir unas gotas a un difusor antes de dormir o mezclarlo con un aceite portador para masajear el cuerpo puede promover un descanso más profundo y reparador.
Su uso en la aromaterapia puede estimular el sistema inmunológico, ya que sus propiedades antisépticas ayudan a combatir microorganismos que causan infecciones. Por otra parte, algunos estudios de Healthy Focus han sugerido que el aceite de azahar tiene efectos beneficiosos sobre la presión arterial y el ritmo cardíaco, ayudando a reducir el estrés en el sistema cardiovascular.
Contraindicaciones del aceite de flor de azahar
A pesar de sus múltiples beneficios, el aceite de azahar no está exento de posibles efectos adversos. Es importante tener en cuenta las siguientes contraindicaciones:
- Piel sensible o alergias: como con cualquier aceite esencial, existe el riesgo de reacciones alérgicas o irritación en personas con piel sensible. Se recomienda realizar una prueba en una pequeña área de la piel antes de usarlo ampliamente.
- Uso en el embarazo: aunque no hay evidencia concluyente, las mujeres embarazadas deben evitar el uso de aceites esenciales, incluido el de azahar, sin la aprobación de un médico, ya que algunos compuestos podrían ser perjudiciales durante esta etapa.
- Fototoxicidad: aunque menos fototóxico que otros aceites cítricos, se recomienda evitar la exposición directa al sol tras su aplicación tópica, especialmente si no está bien diluido.
- Interacciones con medicamentos: las personas que toman medicamentos para la presión arterial o sedantes deben consultar a un médico antes de usar el aceite de azahar, ya que podría potenciar los efectos de estos fármacos.
- Uso interno: el aceite de azahar no debe ingerirse, ya que puede ser tóxico si se consume en grandes cantidades o sin supervisión profesional.