Estos son los siete trucos de Richard Restak, el neurólogo que te ayuda a fortalecer y cuidar la memoria

En su libro ‘The Complete Guide to Memory: The Science of Strengthening Your Mind’ da una serie de consejos sencillos que se pueden incluir en el día a día

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Una pareja de ancianos entrenando la memoria (Shutterstock)
Una pareja de ancianos entrenando la memoria (Shutterstock)

En un mundo saturado de información, olvidarse de cosas o tener dificultad para retener detalles parece ser algo inevitable, sobre todo a medida que envejecemos. Sin embargo, Richard Restak, un neurólogo aclamado y autor de numerosos bestsellers, sostiene que el deterioro de la memoria no necesariamente es un destino ineludible. En su libro The Complete Guide to Memory: The Science of Strengthening Your Mind, detalla cómo podemos mantener nuestra memoria afilada.

Restak, profesor clínico de Neurología en la Universidad George Washington y ex presidente de la Asociación Americana de Neuropsiquiatría, reúne en su libro conocimientos científicos actuales a través de una combinación de neurociencia moderna, estudios de casos y anécdotas. Sus consejos no solo buscan prevenir el deterioro cognitivo, sino también alimentar la curiosidad y el entendimiento sobre el poder de nuestra memoria. Aplicar estos trucos en la vida diaria, afirma Restak, puede no solo fortalecer la memoria, sino también enriquecer nuestro sentido de quiénes somos.

Prestar más atención

Restak explica que muchas veces culpamos a nuestra memoria cuando, en realidad, el problema radica en la falta de atención. Para recordar mejor un concepto, como por ejemplo un nombre, aconseja visualizar la palabra en la mente al momento de escucharla. Esta estrategia ayuda a fijar mejor la información en el cerebro, aunque también podemos asociarla con una imagen o contexto que nos ayude a recordarla.

Desafiar la memoria

La práctica continua es esencial para mantener la memoria en forma. Restak sugiere integrar ejercicios de memoria en la vida diaria, como memorizar recetas o realizar trayectos sin GPS. Estas actividades obligan al cerebro a ejercitarse, mejorando su capacidad tanto a corto como a largo plazo.

Jugar para entrenar la memoria

Los juegos y pasatiempos que requieren esfuerzo mental, como el ajedrez o los crucigramas, son excelentes para estimular la memoria. Restak recomienda también el juego de “20 preguntas”, donde se debe adivinar un objeto, persona o lugar haciendo preguntas de sí o no. Este tipo de juego no solo resulta entretenido, sino que también trabaja diversas áreas cognitivas.

Leer novelas

La lectura de novelas, especialmente de ficción, es otro método eficaz para ejercitar la memoria. Al seguir la trama de una historia, el lector debe recordar eventos y detalles de capítulos anteriores para comprender el desarrollo completo. Según Restak, el hábito de leer ficción fortalece las conexiones neuronales relacionadas con el recuerdo porque haces un esfuerzo consciente por retener toda la información posible .

Limitar el uso de la tecnología

Aunque los dispositivos electrónicos han hecho nuestras vidas más cómodas, Restak advierte sobre sus riesgos. La “distorsión tecnológica” ocurre cuando dependemos en exceso de la tecnología para recordar cosas, mientras que la “distracción tecnológica” puede mermar nuestra capacidad de concentración. Por ello, sugiere ser más consciente del tiempo que pasamos usando tecnología y fomentar procesos de recuerdo manual.

Trabajar con un psicólogo

La salud mental y emocional impacta directamente en nuestra memoria. La depresión, por ejemplo, es una causa común de problemas de memoria. Restak señala que la amígdala, que regula las emociones, está vinculada con el hipocampo, encargado de la memoria, por lo que un estado emocional negativo puede afectar nuestros recuerdos. Buscar ayuda psicológica podría mitigar estos efectos.

Valorar la preocupación

Restak enfatiza la importancia de evaluar cuándo los problemas de memoria requieren atención médica. No recordar detalles triviales, como dónde estacionamos, es común y no necesariamente preocupante. Sin embargo, olvidar información crítica, como la dirección de casa, puede ser señal de algo más grave. En estos casos, consultar a un especialista es crucial.

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