¿A quién no le ha pasado que tiene pendiente hacer una colada mientras se le acumula más ropa para una segunda? Tener una semana complicada puede ser una buena excusa para la acumulación de ropa sucia sin lavar, aunque en muchas ocasiones el asunto no es tan banal. Si ocurre a menudo, quizás nos encontremos ante un problema de procrastinación que puede estar relacionado con una deficiente salud mental.
Tener hasta arriba el cesto de ropa sucia no tiene por qué responder a ninguna patología, pues puede ser un simple descuido o una falta de organización. Sin embargo, es cierto que muchas personas que lidian con problemas de salud mental también encuentran dificultades a la hora de realizar sus tareas cotidianas, ya sea poner una lavadora, fregar los platos o ir a hacer la compra.
Los psicólogos de la Fundación ANAED explican que la procrastinación está fuertemente vinculada a la ansiedad, la depresión y el estrés crónico, y cuando se presenta en exceso, puede ser un síntoma de estos trastornos psicológicos. La procrastinación, en el caso específico de la ropa sucia amontonada, podría estar reflejando un ciclo de pensamientos negativos en la persona. Por ejemplo, puede que el individuo piense que el simple hecho de lavar la ropa es una tarea abrumadora o que no tiene la energía suficiente para enfrentarla, de manera que la falta de motivación o la dificultad para comenzar tareas aparentemente sencillas suele reflejar un estado mental agotado y desorganizado.
El desorden externo derivado de las coladas pendientes puede estar íntimamente relacionado con el desorden interno, ya que el estado del entorno físico de una persona suele reflejar su estado emocional y mental, por lo que, en situaciones de estrés, ansiedad o depresión, el espacio personal puede volverse desorganizado: la cama sin hacer, prendas acumuladas en la silla, zapatos tirados por el suelo... La acumulación de ropa para lavar es una señal física de que la persona no se siente capaz de cumplir con sus propias necesidades básicas o de mantener un orden mínimo en su vida. A su vez, el desorden del hogar también puede crear más ansiedad, pues ver la pila de ropa crecer puede convertirse en un recordatorio constante de lo que la persona no ha hecho, alimentando una especie de ciclo de autocrítica y vergüenza.
Problemas para cumplir con las actividades cotidianas
El descuido de tareas básicas, como lavar la ropa, es un signo común de que una persona puede estar lidiando con un deterioro de su salud mental. En condiciones como la depresión, por ejemplo, la falta de motivación y energía para realizar actividades diarias es una característica clave. Así, una persona deprimida puede sentirse atrapada en un estado de apatía o desilusión por todo, lo cual le impide atender sus necesidades básicas.
Según los expertos en salud mental de ANAED, la ansiedad también juega un papel importante en la procrastinación y el descuido de las actividades cotidianas, pues también pueden ver como muy angustiosas las tareas diarias, incluso las más simples. En su mente, pueden pensar que realizar estas tareas requerirá un esfuerzo excesivo, o pueden preocuparse por fracasar en algo aparentemente insignificante. Esto puede conducir a un ciclo en el que, para evitar el estrés que les provoca realizar la tarea, deciden posponerla continuamente.