Los superalimentos son algunos productos que contienen numerosos beneficios nutritivos, por lo que incorporarlos al menú diario puede dotar de grandes ventajas al consumidor. Además, estos alimentos naturales, que pueden ayudar a mejorar la salud, son sencillos de agregar a cualquier plato o de transformarlos en diferentes formatos para ingerirlo de diversas maneras.
Estos alimentos suelen ser grandes aliados que protegen al organismo. No obstante, no existe una clasificación, ni unos criterios exactos, para incluir estos alimentos dentro de la lista. Por el único motivo por el que resaltan estos productos son sus grandes propiedades para el sistema. Este es el caso de una de las frutas más desconocidas: las cerezas de acerola.
Y es que, a pesar de que no se le mencione con la misma frecuencia que a otros superalimentos como las fresas o las naranjas, esta fruta proporciona un sabor exótico refrescante que mantiene un impresionante perfil nutricional y extensos beneficios hacia la salud. Así, su toque ácido en ensaladas u otras comidas produce una gran cantidad de vitamina C, colágeno y protege ante los virus.
Los beneficios de la acerola en el organismo
Esta planta arbustiva es originaria de climas tropicales, por lo que se la conoce por numerosos nombres: cereza de las Indias Occidentales, cereza de Barbados o simplemente “acerola”. No obstante, se cree que procede del sur de México y en el Caribe. Este vegetal produce diversas bayas que son físicamente similares a las cerezas, sin embargo, su composición es muy diferente.
Sus frutos se han utilizado durante siglos para la medicina popular y moderna, según la información de Healthline. Entre algunos de los tratamientos en los que se ha utilizado son las enfermedades que atañen al hígado, la diarrea, disentería, tos y resfriados. En la actualidad, las cerezas de acerola se encuentra sobre todo en forma de suplementos, debido a su valioso contenido en vitamina C, el cual supera 20 veces más la cantidad presente en la naranja, según Arkopharma. Lo que sin duda genera grandes beneficios en la formación del colágeno y con ello una producción elevada de células que aceleran la cicatrización.
Aunque no hay suficientes investigaciones que respalden las ventajas para la salud de estos suplementos, que suelen verse en cápsulas, masticables, extracto líquido (tintura) o polvo, es la segunda fruta con más cantidad de vitamina C, superada solo por la rosa mosqueta. Sin embargo, cuanto más madura la fruta, más nutrientes pierde, y esta fructifica muy rápido.
Además, de los altos niveles de la vitamina C, también contiene un grado elevado de la A. Este nutriente es un reconocido antioxidante que ayuda al metabolismo con la prevención de enfermedades. Por lo que la combinación de sendas propiedades consiguen proteger las membranas mucosas, el sistema inmunológico, e incluso, a detener el crecimiento del cáncer de colon. Por lo que su uso en resfriados o gripes puede aliviar sus efectos de fatiga. Asimismo, es una fruta que recoge una amplia categoría de nutrientes: calcio, hierro, niacina (vitamina B-3), fósforo, riboflavina (vitamina B-2) y tiamina (vitamina B-1).
Contraindicaciones y efectos secundarios del consumo de suplementos
Tan solo media taza de estas cerezas puede aportar 825 mg de vitamina C, o el 916% del valor diario. No obstante, como todo suplemento, si se toma con demasiada frecuencia puede desembocar en algunos trastornos digestivos. Por lo que, para evitar problemas en la salud, se recomienda ingerir pequeñas dosis. Sobre todo, porque la Administración de Alimentos y Medicamentos no controla la calidad, pureza, embalaje de estas
Esta indicación se extiende igualmente para el resto de suplementos, como el de vitamina C. Y es que, un exceso en este consumo puede provocar efectos rebote, cuando el metabolismo se acostumbra a dosis elevadas. Además, se puede padecer de diarrea, calambres digestivos, mareos o desmayos, enrojecimiento, micción frecuente, dolor de cabeza (incluyendo migraña), náuseas o vómitos. Desde Helathline se explica que ante esta situación bastaría con reducir o dejar de tomar estos medicamentos. No obstante, es conveniente consultar con los médicos para cualquier duda personal.