Un dietista analiza los ingredientes de la tortilla de patatas precocinada de Mercadona: “No es veneno”

Ya sea por el estilo de vida cada vez más ajetreado, por el aumento de la oferta o por un desinterés cada vez más generalizado por la cocina casera más tradicional, lo cierto es que el consumo de platos preparados lleva dos décadas de crecimiento desbocado. Un aumento que se sitúa ya en el 514,8% desde 2004, lo que se traduce en casi 14 kilos más de ingesta per cápita ahora que hace 20 años. Las cifras recogidas hasta marzo de este mismo año muestran que los españoles consumen 16,6 kilos anuales de comidas precocinadas, según los datos del Panel de Consumo Alimentario del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

Esta tendencia al alza preocupa entre chefs, nutricionistas y otros expertos del mundo de la alimentación, especialmente por las consecuencias que el consumo de este tipo de productos, muchas veces alimentos procesados con ingredientes poco recomendables, pueden tener para nuestra salud. No obstante, para comprender mejor esta situación y conseguir hacer un consumo adecuado y sano de este tipo de alimentos, es necesario hacer un análisis detallado de cada uno de los productos que encontramos en el supermercado, ya que no todos suponen los mismos riesgos.

La tortilla de patata precocinada de Hacendado, la marca blanca de Mercadona es una de esas opciones que casi todos hemos echado al carro alguna vez buscando una solución rápida para una cena entre amigos o una comida pensada para aquellos días en los que no hay tiempo para arremangarse entre los fogones. El dietista titulado y creador de contenido Fran Susín analiza y pone nota a este producto tan vendido en la cadena de supermercados española.

El creador de contenido Iván Rodríguez entrevistó al dietista en uno de los programas de su podcast ‘La Oficina’, una conversación en la que ambos se dedicaron a analizar y calificar diferentes productos de la marca blanca de Mercadona. El primer alimento a examen fue la famosa tortilla de patata precocinada y, como no podía ser de otra manera, lo primero a comprobar fueron sus ingredientes.

La tortilla de patata sin cebolla contiene un 66% de patata, lo que la convierte en el ingrediente principal, seguido por un 30% de huevo pasteurizado, según se puede leer en su etiquetado. Estos dos ingredientes constituyen el 96% del producto, lo que el nutricionista considera un porcentaje razonable para este tipo de alimento. Sin embargo, la versión con cebolla de esta tortilla presenta una menor cantidad de patata, un 58%, para dar cabida a un 6% de cebolla frita en aceite de girasol.

En el caso de la tortilla de patata Hacendado, los ingredientes restantes incluyen aceite de girasol, un “aceite vegetal, refinado e inflamatorio”, según el dietista, y una pequeña cantidad de aceite de oliva virgen, que representa solo un 1,5% del total. Este último ingrediente, aunque mínimo, puede influir en la percepción del producto debido a su asociación con una imagen más saludable. Es el aviso que nos hace este profesional de la alimentación saludable: “Para mí, ese aceite de oliva lo ponen para disfrazarlo, para que no leas solo aceite de girasol”, asegura Fran.

Como conclusión, el dietista Fran Susín, al evaluar esta tortilla de patata precocinada, la califica con un seis sobre diez, considerándola adecuada exclusivamente para un consumo ocasional. “Para sacarte de un avío no está mal, no es veneno, te lo puedes comer incluso más de una vez a la semana”, afirma sobre este producto, que recomienda especialmente para aquellas personas mayores que no tengan la capacidad de ponerse a cocinar platos tan elaborados.

Sin embargo, para quienes deseen consumir tortilla de patata con mayor frecuencia y dispongan del tiempo suficiente, recomienda prepararla en casa utilizando ingredientes frescos como patatas, huevo, cebolla y aceite de oliva virgen extra, que son considerados más saludables.