Tras unos años consumidos por la fiebre viral del aguacate, este fruto ha conseguido ya traspasar la simple moda para convertirse en un ingrediente clave para aquellos que quieran llevar una dieta completa y saludable. Su textura suave y cremosa y su sabor delicado la hacen increíblemente adaptable en una amplia variedad de recetas. Se utiliza en ensaladas, en tostas o incluso como ingrediente principal de diferentes platos, ya que se trata de un alimento que aporta grasas saludables, proteínas, vitaminas y minerales como el potasio.
En muchas ocasiones, no llegamos a utilizar el aguacate entero en nuestras preparaciones, lo que hace que tengamos que guardarlo hasta próximo aviso en nuestra nevera. Sin embargo, el aguacate, al igual que otras frutas, tiende a oscurecerse rápidamente una vez cortado, algo que puede hacer que acabemos desperdiciándolo sin intención. Este cambio en su color se debe al daño en su estructura celular, un oscurecimiento que, aunque no lo hace incomestible, sí afecta a su apariencia y puede empeorar su sabor y textura.
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Ya conocemos algunos de los trucos más famosos para evitar este proceso natural, entre ellos el de utilizar papel film, guardar el aguacate en un táper con agua o utilizar una capa de zumo de limón para crear una capa protectora. Sin embargo, para quienes ya hayan probado sin éxito estos métodos o para quien, en el último caso, prefiera evitar el sabor ácido del limón en su aguacate, existe otra posible alternativa.
Para esta técnica de almacenamiento utilizaremos uno de los productos más valorados de la cocina mediterránea en general y de la española en particular; el aceite de oliva. Este ingrediente, lleno de propiedades nutricionales y usos en la cocina, hace una función similar a la del limón, aunque con la diferencia de no aportar ese sabor ácido extra a nuestro fruto. Para seguir este consejo, podemos colocar la parte expuesta de nuestro fruto boca abajo, sobre un plato con una fina capa de aceite de oliva en el fondo, o bien podemos untar la propia pulpa con un chorro de este aceite.
El proceso que hace que el aguacate se acabe oxidando es el contacto con el aire. Por esta razón, usar el aceite de oliva como barrera para evitar la entrada de oxígeno es una buena manera si quieres preservar el aguacate entero. En cambio, no es tan efectiva si el aguacate se encuentra machacado o untado debido a la superficie irregular que tendría esta fruta, lo que impediría una cobertura uniforme.
El efecto antioxidante del aceite de oliva
¿Por qué funciona esta técnica? El aceite de oliva es una excelente opción para conservar un aguacate abierto porque actúa como una barrera protectora que limita la exposición de la pulpa al aire, reduciendo así la oxidación. Cuando el aguacate se corta, sus células quedan expuestas al oxígeno, lo que provoca que las enzimas presentes (como la polifenol oxidasa) inicien un proceso de oxidación, dando lugar a ese color marrón poco apetecible.
Al aplicar una fina capa de aceite de oliva sobre la superficie del aguacate, estamos bloqueando el contacto directo con el oxígeno del aire. El aceite de oliva es un conservante natural que previene el deterioro de los alimentos al aislarlos del aire, creando un sello en forma de capa que puede ayudar a retrasar los efectos de la oxidación durante uno o dos días.
Además, el aceite de oliva tiene propiedades antioxidantes naturales, lo que ayuda a retrasar aún más el proceso de oscurecimiento. El efecto conservador del aceite de oliva y la razón por la que, históricamente, se ha utilizado este ‘oro líquido’ como conservante, tiene que ver principalmente con su contenido en polifenoles y vitamina E.. Estos antioxidantes naturales, que se encuentran en la oliva y las hojas del olivo, protegen al alimento de microorganismos que lo deterioran, garantizando así todos sus nutrientes, vitaminas y proteínas. Asimismo, el aceite crea una capa de hidratación que evita que el aguacate se reseque, manteniendo su textura y frescura por más tiempo.