Ajo: propiedades, beneficios y contraindicaciones

Durante siglos se ha utilizado en la medicina tradicional

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Cabezas de ajo (Imagen Ilustrativa
Cabezas de ajo (Imagen Ilustrativa Infobae)

El ajo es uno de esos alimentos comunes en múltiples culturas, utilizado en infinidad de platos y hasta en la medicina tradicional, gracias a sus propiedades que han podido ser estudiadas científicamente en los últimos años. Sin embargo, como ocurre con todos los alimentos, a pesar de sus muchos beneficios, también existen algunas contraindicaciones que se dan si su consumo es excesivo.

La Fundación Española de Nutrición (FEN) recoge que el ajo es rico en compuestos bioactivos, particularmente la alicina, un compuesto sulfurado que se libera cuando el ajo crudo es triturado o cortado. La alicina es responsable de muchas de las propiedades medicinales del ajo y tiene efectos antimicrobianos, antioxidantes y antiinflamatorios. Además, contiene otras sustancias como la aliína, sulfóxidos, saponinas, flavonoides y compuestos sulfurados volátiles, que contribuyen a sus efectos sobre la salud.

Estas propiedades antioxidantes que ayudan a reducir el estrés oxidativo, lo que protege las células contra el daño causado por los radicales libres. Además, se ha descubierto que el ajo tiene un efecto antiinflamatorio, lo que lo convierte en una opción natural para combatir la inflamación crónica.

Beneficios del ajo para la salud

El ajo también ha sido objeto de muchos estudios por su impacto en la salud cardiovascular, pues se ha demostrado que ayuda a reducir la presión arterial, los niveles de colesterol y mejora la circulación sanguínea. Una investigación publicada en la Journal of Nutrition señala que el ajo puede reducir significativamente los niveles de colesterol total y LDL (colesterol “malo”), lo que disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Además, la alicina también ha mostrado efectos vasodilatadores, ayudando a mejorar el flujo sanguíneo y reduciendo la presión arterial .

El ajo también posee propiedades antimicrobianas y antivirales. Según un estudio de la Journal of Antimicrobial Chemotherapy, los compuestos sulfurados del ajo, en especial la alicina, tienen la capacidad de inhibir el crecimiento de diversas bacterias, hongos y virus, lo que lo convierte en una opción útil en la prevención y tratamiento de infecciones menores, como resfriados y otras afecciones respiratorias comunes.

En cuanto a los resfriados, un estudio realizado por el Advances in Therapy mostró que las personas que consumían suplementos de ajo durante 12 semanas presentaban una incidencia menor de resfriados en comparación con aquellas que tomaban un placebo. Además, cuando los sujetos que tomaban ajo contrajeron un resfriado, su duración fue menor que en el grupo control.

Varios estudios han sugerido que el ajo puede tener propiedades anticancerígenas. El último de ellos ha sido una investigación de la Cancer Prevention Research, que sugiere que el ajo puede contribuir a reducir el riesgo de ciertos tipos de cáncer, particularmente el cáncer de estómago y colon. Los compuestos de azufre del ajo pueden ayudar a prevenir el daño al ADN y limitar la proliferación de células cancerígenas.

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Contraindicaciones del ajo

A pesar de los múltiples beneficios del ajo, no está exento de contraindicaciones y posibles efectos adversos, especialmente cuando se consume en grandes cantidades o en forma de suplementos. El consumo excesivo de ajo puede provocar molestias gastrointestinales, como gases, hinchazón y diarrea.

El ajo también puede interactuar con ciertos medicamentos. Debido a su capacidad para diluir la sangre, puede aumentar el riesgo de sangrado si se toma junto con medicamentos anticoagulantes como la aspirina o el warfarina. Además, aunque son raras, puede causar reacciones alérgicas en algunas personas.

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