El aceite de oliva virgen extra es un ‘superalimento’ fundamental en la dieta mediterránea. Conocido por sus múltiples beneficios para la salud, su consumo regular ha sido vinculado a una serie beneficios para el organismo, desde mejorar los niveles de colesterol hasta prevenir enfermedades crónicas, como detalla la Fundación Española del Corazón (FEC). Solo tiene un problema: su precio.
El pasado mes de junio el Gobierno aprobó un real decreto por el que, entre otras medias, se bajaba al 0% el IVA del aceite de oliva, que ha visto crecer su precio de forma exponencial en los últimos años en un contexto de aumento del gasto en la cesta de la compra derivado de los conflictos en Ucrania y Oriente Próximo. Como alternativa del aceite de oliva, los españoles se pasan al aceite de girasol, pero ¿cuál es mejor para cocinar?
La nutricionista Boticaria García ha dado la clave para saber cuál de las dos grasas vegetales es mejor para la cocina. “Es cierto que al calentar ambos aceites a altas temperaturas se oxidan sus moléculas produciendo peróxidos, aldehídos y cetonas. Esto, en definitiva, da lugar a compuestos que potencialmente son tóxicos para las células”, introduce la experta, no obstante, detalla que las grasas monoinsaturadas del aceite de oliva son “más estables y resisten mejor las altas temperaturas que las grasas poliinsaturadas del aceite de girasol, estas se oxidan con más facilidad”. “Por tanto, cocinar con aceite de oliva, si puedes permitírtelo, se considera más saludable”,concluye.
Beneficios del aceite de oliva virgen extra
El aceite de oliva virgen extra ofrece numerosos beneficios para la salud, sin embargo, es importante recordar que se trata de una fuente concentrada de calorías debido a su alto contenido de grasas, aunque sean saludables. Por lo tanto, su consumo debe ser controlado para evitar un exceso calórico.
Entre los beneficios de este alimento tan arraigado en la dieta de los españoles se encuentra su capacidad para elevar los niveles de colesterol HDL, conocido comúnmente como el colesterol “bueno”, así como disminuir los niveles de LDL conocido como el colesterol “malo”.
Por otro lado, sirve para prevenir la hipertensión arterial, que es un factor de riesgo importante para diversas enfermedades cardíacas y vasculares. Varios estudios han demostrado que el consumo regular de aceite de oliva virgen extra puede ayudar a controlar la presión arterial, pues los polifenoles presentes en este alimento tienen propiedades vasodilatadoras, que contribuyen a la relajación y expansión de los vasos sanguíneos, facilitando el flujo sanguíneo y reduciendo la presión arterial. Además, el aceite de oliva virgen extra es una fuente rica en antioxidantes, que también juegan un papel en la protección de los vasos sanguíneos contra el daño oxidativo.
También puede reducir el riesgo de trombosis, una condición caracterizada por la formación de coágulos sanguíneos que pueden obstruir las arterias y venas. Los compuestos bioactivos del alimento, como los polifenoles y el ácido oleico, tienen efectos anticoagulantes y antiinflamatorios, que ayudan a mantener la sangre fluida y a prevenir la formación de coágulos.