El único tratamiento eficaz que existe a día de hoy para la celiaquía es una dieta completamente libre de gluten, que implica eliminar completamente esta proteína de la alimentación. Esto incluye incluso las pequeñas cantidades que pueden estar presentes en los productos, incluso las que proceden de la contaminación cruzada. Esto se debe a que incluso las más pequeñas cantidades de gluten pueden desencadenar daños en el intestino de los celiacos, aunque no provoque ningún tipo de síntoma.
Es por eso que las personas celíacas, así como aquellos que hagan la compra pensando en ellos, deben tener un control absoluto sobre aquellos ingredientes que puedan contener trazas de esta proteína. Especialmente porque algunos de estos alimentos pueden resultar inesperados. Es el caso de las especias que, aunque en un principio supongamos que son libres de gluten al no contener harinas, sí pueden contener esta proteína.
Siguiendo los avisos que realiza la Federación de Asociaciones de Celiacos de España (FACE), existe una gran cantidad de especias, condimentos y sazonadores, que por su proceso podrían estar contaminadas con gluten y, por tanto, no aptas para personas con celiaquía.
El primer dato a tener en cuenta es que los celíacos nunca deberían consumir especias a granel. Esto se debe a diversos factores, entre ellos los posibles cambios en los recipientes, la reutilización de los mismos sin una limpieza exhaustiva, alimentos vecinos que puedan contaminar el producto y la excesiva accesibilidad para los clientes. Todo ello aumenta exponencialmente el riesgo de contaminación, lo que supone que la FACE nunca recomiende su consumo para personas con problemas de celiaquía.
Especias “sin gluten”
En principio, la FACE establece que son aptos para celíacos todos los condimentos aromáticos, especias y hierbas naturales que se comercialicen en rama, hebra y grano, ya sea en su estado natural, desecadas o deshidratadas. Ejemplos de ello son la pimienta en grano, la hoja de laurel, la vaina de vainilla, la raíz de jengibre, la canela en rama, el perejil en rama, la nuez moscada en grano, etc.
Sin embargo, hay otras especias que la FACE incluye dentro de la clasificación de Alimentos y productos convencionales, es decir, aquellos que, dependiendo del fabricante, pueden ser con gluten o sin él, por lo que para ser aptos para celíacos deberán garantizar expresamente que son sin gluten. Este es el caso de las especias procesadas, todas aquellas que, para su comercialización, hayan sido trituradas, molidas, hechas polvo o liofilizadas. Es el caso del orégano triturado, del perejil picado o de la pimienta molida. A estas se suman también las mezclas de especias y el pimentón, exceptuando el pimentón con denominación de origen de La Vera y el de Murcia, que no contienen gluten de manera natural.
En todos los casos anteriormente mencionados debemos comprobar que los productos estén etiquetados específicamente como “sin gluten”, requisito indispensable para ser consideradas seguras para los celiacos. Esta etiqueta está regulada por el Reglamento Europeo 828/2014, que establece que un producto puede declararse “sin gluten” si, tal y como se presenta al consumidor final, contiene menos de 20 mg/kg de gluten.
Además de la etiqueta “sin gluten”, algunos productos pueden llevar certificaciones adicionales que garantizan su seguridad. Estas certificaciones son emitidas por organizaciones externas y ofrecen una capa adicional de confianza para los consumidores, aunque no certifican la ausencia de esta proteína al nivel que lo hace el sello reglado.