Más allá de ser un imprescindible en las preparaciones del curry, la cúrcuma es una especia originaria del sudeste asiático que destaca por sus propiedades medicinales y sus beneficios para la salud. Lejos de los fogones, se ha utilizado durante siglos en la medicina tradicional india y china, principalmente por sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, atribuibles a un compuesto activo llamado curcumina.
Sin embargo, pese a sus múltiples beneficios, su consumo en los suplementos concentrados también puede suponer una serie de riesgos para la salud, como recoge Debra Rose Wilson, profesora en la Facultad de Enfermería de la Universidad Estatal Austin Peay (Tennessee, Estados Unidos).
Malestar estomacal
El malestar estomacal es uno de los efectos secundarios más comunes asociados con la cúrcuma. Aunque esta especia se utiliza a menudo como condimento en la cocina y generalmente se considera segura en cantidades moderadas, el uso de suplementos de cúrcuma con dosis altas de curcumina puede causar molestias gastrointestinales en algunas personas.
Los síntomas de este malestar estomacal incluyen náuseas, diarrea, gases e hinchazón. La curcumina puede estimular la producción de ácido gástrico, lo que en algunas personas puede exacerbar problemas como el reflujo gastroesofágico o la gastritis. Por esta razón, se recomienda a quienes tienen antecedentes de problemas digestivos que consulten a un profesional de la salud antes de comenzar a tomar suplementos de cúrcuma.
Adelgazamiento de la sangre
Otro de los efectos secundarios importantes de la cúrcuma es su capacidad para “adelgazar” la sangre. La curcumina tiene propiedades anticoagulantes que pueden reducir la capacidad de la sangre para coagularse de manera adecuada, que es cierto que puede ser beneficioso en la prevención de coágulos sanguíneos en ciertas situaciones, pero también puede aumentar el riesgo de sangrado excesivo, especialmente en personas que ya están tomando medicamentos anticoagulantes como la warfarina o la aspirina.
Por lo tanto, es fundamental que las personas que están bajo tratamiento con anticoagulantes consulten a su médico antes de agregar la cúrcuma a su régimen de salud, ya que el uso combinado podría amplificar el riesgo de hemorragias. Este efecto adelgazante de la sangre también es relevante para quienes se preparan para una cirugía, ya que el uso de cúrcuma antes de una intervención quirúrgica puede aumentar el riesgo de sangrado durante y después de la operación.
Estimulación de las contracciones
La cúrcuma también puede tener un efecto sobre el útero, y su consumo en grandes cantidades se ha relacionado con la estimulación de las contracciones uterinas. Por esta razón, a las mujeres embarazadas se les recomienda tener precaución al consumir cúrcuma, especialmente en forma de suplementos. Las contracciones uterinas prematuras pueden aumentar el riesgo de complicaciones durante el embarazo, incluido el parto prematuro.
En general, el uso culinario de la cúrcuma en pequeñas cantidades como especia en las comidas no parece representar un riesgo significativo para las mujeres embarazadas, pero los suplementos de cúrcuma, que contienen dosis mucho más altas de curcumina, pueden ser problemáticos. Por ello, es importante que las mujeres embarazadas consulten a su médico antes de tomar cualquier suplemento que contenga cúrcuma.
Hepatitis y cúrcuma: algunos casos registrados
Un aspecto más preocupante relacionado con el consumo de cúrcuma es la aparición de varios casos de hepatitis asociados con el uso de suplementos de cúrcuma en Francia. En los últimos años, se han documentado varios casos de hepatitis aguda en personas que tomaban suplementos de cúrcuma, lo que ha llevado a la Agencia Nacional de Seguridad Alimentaria, Medio Ambiente y Trabajo (ANSES) de Francia a emitir advertencias sobre el uso de estos suplementos. La hepatitis es una inflamación del hígado que puede causar síntomas como ictericia, fatiga, dolor abdominal, náuseas y pérdida de apetito.