Los probióticos son microorganismos vivos que aportan beneficios a la salud, especialmente en el sistema digestivo. Por ello es importante consumir la cantidad adecuada, porque son esenciales para mantener el equilibrio de la microbiota intestinal, contribuyendo así a un bienestar general.
Las Unidades de Obesidad de Quirónsalud en Alicante, Torrevieja y Murcia han recogido una lista de alimentos ricos en probióticos que podemos incluir en nuestra dieta diaria para ingerir estos microorganismos.
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Yogur natural
El yogur natural es uno de los probióticos más conocidos y consumidos en todo el mundo. Se elabora a partir de la fermentación de la leche por bacterias lácticas, principalmente Lactobacillus bulgaricus y Streptococcus thermophilus . Estos microorganismos convierten la lactosa en ácido láctico, lo que le da al yogur su característico sabor ácido y su textura cremosa.
Además de ser un alimento rico en calcio y proteínas, es especialmente beneficioso para la salud digestiva. Los probióticos presentes en el yogur pueden ayudar a equilibrar la microbiota intestinal, facilitando la digestión y absorción de nutrientes, y previniendo problemas como la diarrea, el estreñimiento y el síndrome del intestino irritable.
Kéfir
El kéfir es otro alimento fermentado con un alto contenido de probióticos, similar al yogur pero con una mayor diversidad de microorganismos. Se elabora fermentando leche con granos de kéfir, que son una combinación de bacterias lácticas, levaduras y polisacáridos. Este proceso de fermentación crea un producto ligeramente ácido y efervescente, con una textura más líquida que el yogur.
Este alimento es conocido por su capacidad para mejorar la salud digestiva, gracias a la amplia variedad de bacterias beneficiosas y levaduras que contiene y que pueden colonizar el intestino, promover la digestión y fortalecer el sistema inmunológico. Además, algunos estudios sugieren que el kéfir puede tener propiedades antiinflamatorias y anticancerígenas.
Quesos como cabrales o roquefort
El cabrales y el roquefort son quesos azules que se caracterizan por su intenso sabor y su aroma penetrante, resultado de la acción del hongo Penicillium roqueforti durante el proceso de maduración. Aunque no son los primeros alimentos que vienen a la mente cuando se habla de probióticos, estos quesos contienen bacterias beneficiosas que pueden contribuir a la salud digestiva.
El proceso de maduración de estos quesos permite que las bacterias y hongos presentes proliferen y desarrollen sus características organolépticas, al mismo tiempo que aportan microorganismos que pueden beneficiar al sistema digestivo. El consumo moderado de estos quesos puede ayudar a mantener un equilibrio saludable de la microbiota intestinal.
Leche fermentada
La leche fermentada es otro ejemplo de un alimento probiótico que promueve la salud digestiva. Este producto se obtiene mediante la fermentación de la leche por diversas bacterias lácticas, como Lactobacillus acidophilus o Bifidobacterium bifidum. La fermentación reduce el contenido de lactosa, lo que hace que la leche fermentada sea más fácil de digerir para personas con intolerancia a la lactosa. Además, al igual que otros productos fermentados, la leche fermentada es rica en probióticos que pueden ayudar a mantener la salud del tracto digestivo, mejorar la digestión y fortalecer el sistema inmunológico.
Masa madre
La masa madre es una mezcla de harina y agua que se utiliza como agente leudante en la elaboración de pan, pero también es un excelente probiótico natural. A diferencia del pan hecho con levadura comercial, el pan de masa madre se fermenta de manera natural por las levaduras y bacterias presentes en el ambiente, principalmente Lactobacillus y levaduras salvajes.
Este proceso no solo mejora la textura y el sabor del pan, sino que también lo convierte en un alimento más digestivo y nutritivo. Los probióticos presentes en la masa madre pueden sobrevivir al proceso de horneado, aunque en menor cantidad, y contribuir al equilibrio de la microbiota intestinal. Además, el pan elaborado con esta masa tiene un índice glucémico más bajo y puede ser mejor tolerado por personas con sensibilidad al gluten.
Kimchi
El kimchi es un alimento tradicional coreano, elaborado mediante la fermentación de vegetales como la col china, el rábano y otros ingredientes, como ajo, jengibre y chiles. Este proceso de fermentación, realizado por bacterias lácticas como Lactobacillus kimchi, no solo preserva los alimentos, sino que también los enriquece con probióticos beneficiosos para la salud digestiva.
Este plato es conocido por su capacidad para mejorar la digestión, estimular el sistema inmunológico y combatir infecciones gastrointestinales. Además, el consumo regular de kimchi se asocia con una microbiota intestinal más diversa y equilibrada, lo que contribuye a una mejor salud digestiva y general.