Qué es la fainá, la sencilla receta a base de harina y agua que cruzó el Atlántico a bordo de navíos genoveses

Cuenta la leyenda que, en medio de una tormenta, a bordo de alguno de los navíos genoveses que surcaban el Mar de Liguria tras la Batalla de Meloria de 1284, una bolsa de garbanzos volcó y el agua salada hizo de ellos una pasta a la que, ya seca, los marinos recurrieron para saciar su apetito. Es la historia que cuenta el nacimiento de la receta de fainá, un plato tan simple que sorprende y que, a día de hoy, se puede considerar todo un manjar gourmet.

La fainá es una preparación sencilla y humilde a base de agua y harina de garbanzos, originaria de la ciudad italiana de Génova. Se trata de una torta fina y sabrosa que se elabora con muy pocos ingredientes y que, en Italia, se conoce con varios nombres, entre ellos farinata, cecina o torta di ceci.

Desde su nacimiento, la fainá se ha ido extendiendo desde Génova hasta otras regiones de Italia e incluso a otros países del mundo. Y, aunque en Italia aún hay zonas donde se toma sola, a día de hoy es más conocida en otros sitios como Argentina o Uruguay, donde es habitual que se sirva para acompañar a la pizza, con queso provolone o con mozzarella. Su llegada al Río de la Plata fue de la mano de los inmigrantes genoveses que emigraron allí en el siglo XIX, iniciando así una historia de amor que continúa aún hoy en día.

En las pizzerías y restaurantes de las calles rioplatenses es muy común que la faiá se consuma junto con una porción de pizza, colocando una encima de otra, una combinación que se denomina popularmente como “pizza a caballo”. En ocasiones, la fainá se puede utilizar como sustituto del pan o como base para poner otros ingredientes encima, como quesos, embutidos, verduras asadas o frescas y cualquier combinación posible que haga de este un plato único completo.

En cuanto a su receta, su base es la harina de garbanzos, que se mezcla con agua, aceite de oliva y se sazona con sal y pimienta. La mezcla se hornea hasta que se dore, resultando en un pan fino y sabroso. La clave para elaborar esta especie de torta es conseguir su característica textura, crujiente por fuera y suave por dentro. Lograrlo es sencillo, sobre todo si se siguen unos cuantos trucos. La masa debe tener un tiempo suficiente de reposo y el horno donde pongamos la masa debe estar muy caliente.

Es importante respetar las proporciones de agua y harina de garbanzos, manteniendo una mezcla aproximada de 3 medidas de agua por 1 de harina, con algo menos de la mitad de aceite de oliva que de harina. Otro punto clave es el tamaño del molde, pues una buena fainá nunca debe llegar al centímetro de grosor, sino que debe mantenerse en unos milímetros de altura.

Tiempo de elaboración: 1 hora y 15 minutos

Raciones: 4 personas

Ingredientes:

• 250 g de harina de garbanzos
• 750 ml de agua
• 50 ml de aceite de oliva
• 1 cucharadita de sal
• Pimienta negra al gusto (opcional)

Elaboración:

1. Preparación de la masa: en un bol grande, coloca la harina de garbanzos. Poco a poco, añade el agua mientras mezclas con un batidor de mano, asegurándote de que no queden grumos. Añade la sal y 30 ml del aceite de oliva, y mezcla bien hasta obtener una masa líquida y homogénea. Deja reposar la mezcla durante al menos 1 hora a temperatura ambiente para que la harina de garbanzos se hidrate correctamente.
2. Horneado: precalienta el horno a 220 °C. Vierte los 20 ml restantes de aceite de oliva en una bandeja para horno (aproximadamente de 30 cm de diámetro) o en una asadera, y distribúyelo bien por toda la superficie. Remueve nuevamente la mezcla de fainá y viértela en la bandeja, hasta que quede un grosor de menos de 1 cm. Hornea durante 20-25 minutos, o hasta que la fainá esté dorada y crujiente por encima. Si lo deseas, puedes encender el grill durante los últimos minutos para obtener una capa superior más crujiente.
3. Servir: retira del horno y deja enfriar ligeramente antes de cortarla en porciones. Espolvorea con pimienta negra recién molida si lo prefieres, y sirve inmediatamente.

Con esta receta se obtienen aproximadamente 8 porciones de fainá.

Cada porción de fainá contiene aproximadamente:

• Calorías: 180
• Grasas: 8 g
• Grasas saturadas: 1 g
• Carbohidratos: 20 g
• Azúcares: 1 g
• Proteínas: 5 g

Cabe señalar que estas son estimaciones, y los valores nutricionales precisos dependen de los ingredientes específicos utilizados en la preparación y las cantidades de cada porción.

La fainá se puede conservar en la nevera por hasta 3 días. Se recomienda recalentarla en el horno para recuperar su textura crujiente antes de servir.

(Con información de EFE)