¿Pueden los hábitos de vida de los padres influir en la esperanza de vida de sus hijos? Un reciente estudio de la Facultad de Medicina Veterinaria y Ciencias Biomédicas de la Universidad Texas A&M (Estados Unidos) ha descubierto una relación entre los padres con problemas de alcohol y el envejecimiento prematuro de los niños.
La investigación ha sido publicada en la revista Aging and Disease y pone de manifiesto que estos niños experimentan los síntomas de un envejecimiento prematuro que sufrirán hasta la edad adulta. Entre las señales se incluyen el colesterol alto, problemas del corazón, artritis, demencia de aparición temprana... y son mucho más graves cuando son ambos padres quienes sufren esta adicción.
“Los científicos se han preguntado qué hace que los niños que crecen en hogares donde hay abuso de alcohol sean más susceptibles a enfermarse. Por ejemplo, sabemos que estos niños tienen problemas de conducta que les dificultan afrontar el estrés y pueden dar lugar a conflictos con los sistemas escolares o las fuerzas del orden”, ha expresado el doctor Michael Golding, profesor del Departamento de Fisiología y Farmacología Veterinaria de la VMBS.
Sin embargo, hasta el momento no se conocía la causa de ese envejecimiento, si se trataba del estrés vivido en el hogar o de algo más complejo que se hubiera heredado. La investigación apunta a lo segundo. “Ahora sabemos que heredan una disfunción en sus mitocondrias como resultado del abuso de sustancias de sus padres. La disfunción hace que estos individuos muestren signos tempranos de enfermedades relacionadas con la edad cuando aún se los considera jóvenes, generalmente a los 40 años”, explican.
A raíz de este descubrimiento, los científicos esperan que los pacientes puedan mejorar su salud mitocondrial y retrasar los signos tempranos de la vejez, apoyándose también en el ejercicio y en el consumo de ciertas vitaminas.
El alcohol y el envejecimiento van de la mano
A medida que las personas envejecen, entran en un estado biológico conocido como senescencia, en el que las células comienzan a ralentizarse y dejan de dividirse, lo que reduce la capacidad del cuerpo para reemplazar las células dañadas. “La senescencia es un indicador clave del envejecimiento, especialmente en el cerebro, donde provoca disfunción cognitiva y problemas de memoria. Los científicos saben desde hace mucho tiempo que el consumo excesivo de alcohol puede provocar la aparición temprana de la senescencia en los adultos”, ha afirmado el profesor Golding.
En una investigación realizada en un modelo de ratón, Golding y su equipo descubrieron que la senescencia también es un síntoma de envejecimiento prematuro que los hijos pueden heredar de padres que consumen alcohol diariamente en cantidades que alcanzan o superan el límite legal y que, sobre todo, perjudican a su bienestar.
“También observamos un aumento de grasa en el hígado, lo que crea tejido cicatricial. Es especialmente común en los hijos varones. De hecho, si ambos padres tienen un problema de abuso de alcohol, puede tener un efecto multiplicador en los hijos varones, haciéndolos aún más propensos a sufrir enfermedades hepáticas”, han concluido los expertos.