Cuando estamos cansados y el sueño nos vence, nuestra capacidad de concentración se reduce significativamente, así como la capacidad de retener nueva información. Es común que muchos estudiantes opten por pasar la noche antes de un examen estudiando, aunque ello implique dormir apenas un par de horas. Sin embargo, ¿cómo de efectivo es esto realmente? ¿Cómo influye el sueño en la formación de recuerdos y adquisición de conocimientos?
Un equipo de investigadores de la Universidad de Michigan (Estados Unidos) se propuso resolver esta cuestión: qué ocurre en el cerebro durante el sueño o la falta de él que puede ayudar o perjudicar la formación de recuerdos. Ciertas neuronas se sintonizan con estímulos específicos. Por ejemplo, las ratas en un laberinto tienen neuronas que se activan cuando el animal llega a puntos específicos. Estas neuronas, llamadas neuronas de lugar, también están presentes en los humanos y nos ayudan a navegar en nuestro entorno.
La clave está en averiguar qué sucede con estas neuronas mientras dormimos. El doctor Kamra Diba, profesor Anestesiología en la Facultad de Medicina de la UM, se pregunta: “Si esa neurona responde durante el sueño, ¿qué se puede inferir de eso?”. El estudio, publicado en la revista Nature, ha investigado las neuronas en el hipocampo, una estructura cerebral crucial para la formación de la memoria. Así, descubrieron una manera de visualizar la sintonización de patrones neuronales asociados con una ubicación mientras un animal está dormido.
Una actividad eléctrica llamada ondas agudas emana del hipocampo cada dos segundos durante el descanso y el sueño. Estas ondas sincronizadas parecen difundir información de una parte del cerebro a otra, permitiendo que las neuronas formen y actualicen recuerdos, incluyendo los de lugar. Partiendo de esta base, el equipo midió la actividad cerebral de una rata durante el sueño después de que completara un nuevo laberinto y pudieron rastrear qué neuronas respondían a qué lugares del laberinto.
“Una neurona puede preferir un rincón específico del laberinto. Podríamos ver que esta neurona se activa junto con otras que muestran preferencias similares durante el sueño. A veces, las neuronas asociadas con otras áreas también se coactivaban. Cuando la rata volvía al laberinto, las preferencias de las neuronas cambiaban según con qué células se activaban durante el sueño”, explicó Diba. Este método permite visualizar la plasticidad neuronal en tiempo real, apoyando la teoría de que la reactivación neuronal durante el sueño es crucial para la memoria.
Dada la importancia del sueño, los científicos apostaron por un segundo estudio, también publicado en Nature, donde investigaron qué sucede en el cerebro durante la falta de sueño. El equipo comparó la reactivación neuronal durante el sueño y la privación de sueño. Las neuronas que se activaban durante la exploración del laberinto se reactivaban espontáneamente en reposo, una reactivación cuantificada como repetición.
Los resultados mostraron que los patrones de activación neuronal relacionados con la reactivación y repetición de la experiencia del laberinto eran mayores durante el sueño que durante la privación de sueño. La privación de ese asoció con una tasa similar o mayor de ondas agudas, pero con ondas de menor amplitud y potencia. “En casi la mitad de los casos, la reactivación de la experiencia del laberinto durante las ondas agudas fue completamente suprimida durante la privación de sueño”, concluye Diba.