Trabajar, ir a la compra, limpiar la casa y atender a las responsabilidades personales y familiares. Es habitual que las obligaciones limiten el tiempo del que dispone una persona en su día a día. Por ello, cuando hay que decidir de dónde recortar, es frecuente que al final sea la alimentación la que acabe evidenciado la escasa disponibilidad temporal.

Así, y considerando que es la alimentación la que aporta la energía y los nutrientes que una persona necesita parar vivir, son muchos los que deciden hacer uso de los suplementos alimenticios, ya que estos tienen como objetivo aportar los nutrientes que pueden no ser consumidos en cantidades suficientes.

Ahora bien, esta práctica está contraindicada, puesto que como señala la Agencia Española de Seguridad, Alimentación y Nutrición (Aesan) “en términos generales, una dieta completa, variada y equilibrada proporciona todos los nutrientes necesarios para el normal desarrollo y mantenimiento de un organismo sano. Su función es complementar la dieta normal y pueden aportar vitaminas y/o otras sustancias minerales en circunstancias particulares, como el ácido fólico en mujeres embarazadas o la vitamina D ante una falta de exposición solar”, destacan. Ante esta descripción, recurrir a ellos para suplir las carencias de los hábitos alimenticios parece no ser la mejor alternativa.

Tal y como remarcan los expertos, los complementos alimenticios pueden contener ingredientes activos con efectos biológicos en el organismo. Es importante recordar que el término “natural” no siempre implica “seguro” y no significa que esté exento de riesgos. Por tanto, una ingesta excesiva y continuada de estos productos puede resultar perjudicial para la salud en determinadas situaciones. Destacan las siguientes:

• Cuando se combina el consumo de diferentes complementos a la vez o junto con medicamentos, sin previa consulta de un médico o farmacéutico.
• Los fumadores deben tener cuidado con algunos complementos, en particular, con altas dosis de beta-caroteno.
• En el caso de mujeres embarazas, los complementos que contienen vitamina A, incluido el aceite de hígado de pescado, pueden ser perjudiciales si se excede la dosis diaria recomendada o se consume en exceso durante un largo periodo.

Aunque los complementos alimenticios pueden desempeñar un papel muy importante en la salud de algunas personas, como ya se ha mencionado, no son beneficiosos para todo el mundo. De hecho, para algunas personas, ciertos suplementos, especialmente en dosis altas, pueden no ser recomendables. Algunos estudios indican que los suplementos multivitamínicos pueden aumentar el riesgo de una ingesta excesiva de nutrientes.

Se ha sugerido que estos productos deberían formularse con mayor consideración por la ingesta de micronutrientes procedentes de los alimentos. Así, para evitar efectos adversos, la AESAN recomienda tomar las siguientes precauciones:

• Antes de empezar a consumir complementos alimenticios se recomienda consultar un profesional sanitario, especialmente si se tiene alguna enfermedad preexistente, si se está tomando medicación, si se está embarazada o si se considera administrar suplementos a niños.
• Es importante valorar si realmente se necesita ese suplemento.
• Es necesario adquirir estos productos en canales de distribución de alimentos autorizados o en farmacias. Comprar en fuentes desconocidas, que a menudo operan en internet, siempre implica un riesgo.
• Por último, no deben consumirse en dosis superiores a las indicadas