El importante dato que hay que conocer sobre las patatas con brotes

La presencia de estos cuernos provoca cambios en el sabor y la calidad del tubérculo

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Patatas (Pixabay)
Patatas (Pixabay)

Las patatas son uno de los alimentos más consumidos a nivel mundial, se utilizan en infinidad de recetas y sus usos suelen ser muy variados. Sin embargo, como ocurre con la mayoría de los alimentos, un almacenamiento inadecuado, provoca que este producto se eche a perder.

Uno de los problemas más habituales es que aparezcan brotes tuberculosos, también denominados “cuernos”, que se van haciendo más grandes con el paso del tiempo. No sólo afectan a la apariencia de la patata, sino también a su calidad y sabor.

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Miguel Ángel Lurueña, doctor en Ciencia y Tecnología de Alimentos, ha lanzado un aviso a través de la red social X, sobre las patatas que almacenamos en la cocina. Ha señalado que ahora es más común que antes la aparición de estos “cuernos”, porque en 2020 la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria decidió prohibir el Cloroprofam, un producto que se rociaba en los tubérculos para que mantuvieran su composición original durante más tiempo. Se vetó su uso al descubrir que podía dañar el bienestar y la salud de las personas.

Lurueña aclara que para evitar el crecimiento de los brotes, la mejor opción es almacenarlas a oscuras, en un lugar fresco, que no sea la nevera e intentar que el tiempo no sea prolongado. Apunta que aparecen cuando “el almidón comienza a romperse en los azúcares que lo componen” y que las patatas “adquieren sabor dulce”.

¿Son peligrosos los brotes de patatas?

Comenta el doctor que a la hora de freírlas u hornearlas, es esa mayor cantidad de azúcares la que favorece las reacciones de Maillard: las patatas se ponen oscuras durante el cocinado y se forma más cantidad de acrilamida, un compuesto “potencialmente tóxico”. Añade que si ya han salido los brotes y queremos cocinarlas, podemos cocerlas, freírlas u hornearlas ”durante poco tiempo o a temperatura no muy alta”. “Siempre es recomendable evitar la formación de esas coloraciones pardas”, remarca el experto.

También se recomienda cortar esos “cuernos” en el caso de que se vaya a consumir. Aunque, si tenemos la sensación de que son demasiado grandes o que la patata se ha ablandado demasiado o cogido un color verdoso, lo mejor será desecharla.

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Evitar comprar mallas o sacos de patatas

En 2020, la OCU alertaba del peligro de los glicoalcaloides, unos tóxicos naturalmente presentes en las patatas, después de que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria evaluara el riesgo de su consumo, que puede producir molestias como náuseas, vómitos o diarrea.

El organismo aclara que los glicoalcaloides son una familia de compuestos y en la patata los más comunes son la alfa-solanina y alfa-choconina. La primera suele apilarse en esas zonas del alimento de color verde o en los brotes.

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Por ello, la Organización de Consumidores y Usuarios, aconseja comprar sólo las patatas que se vayan a comer en las próximas semanas y no caer en “la tentación de comprar grandes mallas o sacos por muy de oferta que estén”.

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