Este lunes Pablo Motos recibió en El Hormiguero a uno de los actores más valorados en el panorama actual: Álvaro Morte. Su reconocidísimo papel como El Profesor en La casa de papel le catapultó al estrellato internacional, prueba de ello es su nueva película estadounidense. Inmaculate se estrenará en los cines el próximo 1 de mayo y cuenta la historia de la hermana Cecilia (Sydney Sweeney), que queda embarazada en un convento de la campiña italiana sin haber tenido ningún tipo de contacto con un hombre.
En este thriller de terror, Morte interpreta a un párroco que además es biólogo y que intentará ofrecer una explicación científica al fenómeno. Pero, si hay algo que este actor andaluz teme, no es el cine, sino el mar. Así mismo lo manifestó durante su entrevista: “Me inquieta meterme en el mar cuando estoy lejos de la costa. Me inquieta muchísimo. Creo que hay manos negras ahí haciendo algo”. Ante esta confesión, Motos propuso a Morte dar un paseo en barco una noche en alta mar. “Jamás me vas a pillar. Ni de coña. Esa gente que se mete en el mar con el yate y se da un baño en alta mar, conmigo que no cuente. Me da terror”, ha sentenciado el andaluz.
Te puede interesar: Ser actriz más allá de los focos: “Muchas personas solo ven la parte idealizada, pero no las noches llorando”
Este sentimiento que padece Álvaro Morte recibe un nombre y se trata de la talasofobia, un miedo irracional e incontrolable al mar, al océano y a sus profundidades. Por tanto, no es realmente una fobia al agua (como sería la hidrofobia), sino en lo que puede haber dentro de ella. Con estas características, son muchas las personas que temen el océano, aunque no llegue a considerarse fobia.
Síntomas de la talasofobia o el miedo al mar
El gabinete de psicólogos Terapéutica en Alza recoge los síntomas característicos que alertan de que nuestro miedo al mar es, en realidad, una fobia. El mayor signo de alerta es el miedo intenso que se clasifica como un trastorno de ansiedad, en el que la persona que lo padece sufre mareos, taquicardia, sudores, dificultades respiratorias, espasmos musculares... Aquellos con talasofobia experimentarán un ataque de ansiedad, o incluso de pánico, si se ven expuestos a él.
Por ello, tenderán a evitar encontrarse en situaciones que para ellos resultan peligrosas, como ir a la playa, dar un paseo marítimo, hacer un viaje en barco o subir a un avión que cruce el océano. En los casos más graves, las personas evitarán ver imágenes o vídeos del mar.
A pesar de que racionalmente la persona sabe que no existe ningún peligro real, es inevitable que en su mente aparezcan pensamientos intrusivos, obsesivos e irracionales, propios de ese miedo intenso. Por tanto, hablamos de unos síntomas de ansiedad que pueden repercutir en la vida diaria y generar un gran malestar para las personas con talasofobia, pues se ven privados de realizar actividades relacionadas con el mar.
Te puede interesar: Cómo superar una ruptura de pareja, según una psicóloga: “Las personas no se sustituyen, pero los deseos sí”
Es importante que las personas que sufren talasofobia busquen ayuda profesional para tratar su fobia y desarrollar su vida sin ningún condicionante que les provoque estos síntomas de ansiedad. La terapia de exposición al mar, de forma gradual y controlada, puede ayudar a reducir la sensibilidad ante él, así como llevar a cabo técnicas de relajación que mejoren la sintomatología.