En los últimos años, parte de la comunidad científica reclama la importancia de una perspectiva de género en el mundo de la investigación, pues son muchas las enfermedades y los medicamentos que actúan y funcionan de forma diferente en el cuerpo de la mujer. De hecho, condiciones como la menstruación, la menopausia y sus síntomas relacionados que experimenta la mitad de la población mundial, están, todavía, “infra estudiadas”.
Uno de las condiciones clínicas que afecta hasta al 50% de las mujeres durante la menopausia es el dolor de las articulaciones, como el síndrome del hombro congelado u hombro rígido. Se trata realmente de capsulitis adhesiva, una condición dolorosa y limitante que afecta la articulación del hombro, caracterizada por la inflamación y la rigidez progresiva de la cápsula articular.
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Hasta entonces se desconocían la causa exacta que provocaba este síndrome, pero un reciente estudio de la Western University of Health Sciences de Oregón (Estados Unidos) ha desvelado que podría estar relacionado con los cambios hormonales, concretamente, la reducción de los estrógenos del cuerpo. El estrógeno juega un papel importante en la regulación del tejido conectivo y la lubricación articular, por lo que su disminución puede contribuir al desarrollo de condiciones musculoesqueléticas, como el síndrome del hombro congelado.
Los síntomas del síndrome del hombro congelado pueden aparecer gradualmente y progresar a lo largo de varias etapas. En la etapa inicial, las pacientes pueden experimentar dolor en el hombro, especialmente durante la noche o al intentar mover el brazo. Con el tiempo, la rigidez se vuelve más pronunciada, lo que dificulta el movimiento del hombro en todas las direcciones. Esta rigidez puede afectar las actividades cotidianas, como peinarse, vestirse o alcanzar objetos en estantes altos.
Diagnóstico y tratamiento del hombro rígido
El diagnóstico del síndrome del hombro rígido generalmente se basa en los síntomas de la paciente, así como en un examen físico realizado por un médico. Las pruebas de imagen, como radiografías, resonancias magnéticas o ecografías, pueden realizarse para descartar otras condiciones similares, como la tendinitis del manguito rotador o la artritis.
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En cuanto al tratamiento, este suele ser multidisciplinario y puede incluir una combinación de medicamentos, terapia física y procedimientos médicos, según cuenta la Clínica Mayo. Los medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINEs), los corticosteroides y los relajantes musculares pueden ayudar a aliviar el dolor y la inflamación. Además, la terapia física desempeña un papel crucial en el tratamiento, ya que ayuda a mantener la movilidad articular y a prevenir la rigidez persistente. Los ejercicios de estiramiento y fortalecimiento específicos pueden ser recomendados por un fisioterapeuta para mejorar la flexibilidad y la fuerza en el hombro afectado.
Para las mujeres menopáusicas que sufren de síndrome del hombro congelado es importante buscar tratamiento médico temprano para gestionar los síntomas y prevenir complicaciones a largo plazo. Además, adoptar un estilo de vida saludable que incluya una dieta equilibrada, ejercicio regular y manejo del estrés puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar esta condición y mejorar la calidad de vida en general.