Sopa ‘de mujer parida’, la curiosa receta que es mitad alimento, mitad medicina ancestral

Las sopas nos han acompañado durante prácticamente toda la historia de nuestra gastronomía. Este plato de cuchara reconfortante, que admite casi cualquier ingrediente, forma parte de la historia culinaria de cada región del mundo en distintas versiones. La sopa de cocido madrileño, el puchero, la sopa castellana o el suquet de pescado son solo algunos ejemplos de nuestra cocina, que se completan con delicias extranjeras como la minestrone italiana o la sopa de cebolla francesa. Una de las sopas tradicionales más curiosas de la cocina internacional es la sopa de parida, una receta que sorprende por su nombre pero también por su curiosa historia.

Esta reponedora sopa era tradicionalmente el primer alimento que se les daba a las mujeres recién paridas hebreas, porque acababan de dar vida y tenían que reponerse del esfuerzo con una sopa sustanciosa. Lo cierto es que no todos los días se mataba una gallina de corral, pero la ocasión especial lo merecía. Con el aporte nutritivo de esta pieza de carne, las familias más humildes pretendían devolver fuerzas a las recién paridas, con una receta saludable que aún hoy podemos elaborar en casa.

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La sopa de pollo, o caldo de gallina, es mucho más que un plato. Es mitad alimento, mitad medicina ancestral. Este plato, impregnado de las más antiguas tradiciones y creencias populares, se conoce como tal en diversas partes del mundo, incluidos países como Brasil (allí se llama sopa de mulher parida o sopa dona bêja) o República Dominicana. Allí, típicamente campesina, se elabora con ingredientes cultivados en los patios traseros de los vecinos, en el campo o en las pequeñas ciudades, una lista de alimentos que varía según la zona en la que nos encontremos.

Ahora, en zonas como Brasil, esta receta es típicamente elaborada con pollo de corral y espesada con harina de maíz, además de otros ingredientes como el cebollino o el perejil. Por supuesto, esta receta no solo es perfecta para quienes acaban de tener un hijo, pues es también una sopa reconfortante ideal para quienes quieren calentar el cuerpo en los días fríos. También era entonces costumbre servir la sopa no solo a la madre, sino a los invitados que venían a visitar al niño, por lo que cuando nacía un bebé, gran parte de la comunidad comía el platillo, lo que ayudaba a fortalecer la tradición.

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Tiempo de elaboración: 1 hora y 30 minutos

Raciones: 8 personas

Ingredientes:

• 1 gallina de corral o un pollo de corral (unos 2 kg)
• 1 cebolla
• 1 diente de ajo
• 1 apio
• Sal
• Pimienta negra
• 2 l de agua

Elaboración:

1. Comenzamos preparando la carne; despellejamos, desgrasamos y deshuesamos la gallina o el pollo y cortamos su carne en trozos pequeños. Descartamos el pellejo y la grasa y reservamos los huesos, que usaremos para dar sabor al caldo.
2. Sazonamos la carne con sal y pimienta.
3. A continuación, calentamos un chorro de aceite en una olla y doramos ligeramente el pollo. Agregamos entonces los huesos, el pollo y un litro y medio de agua y llevamos al punto de ebullición suave. Cuando la carne lleve unos minutos cociéndose, añadimos las verduras y dejamos que se cocine todo junto hasta que la gallina quede tierna, desgrasando el caldo a mitad de cocción.
4. Cuando el pollo quede tierno, extraemos los huesos y las verduras y corregimos el caldo de sal.
5. Si queremos disfrutarla con fideos, los añadimos y dejamos que el caldo se cocine cinco minutos más o hasta que los fideos se ablanden. Revolvemos regularmente para evitar que se pegue.
6. Servimos nuestra sopa en boles con trozos de gallina o pollo, caldo y fideos.