Receta de remojón granadino, la ensalada que también se puede disfrutar en invierno

Las ensaladas son platos principalmente veraniegos dado a su frescura y a que, por norma general, suelen consumirse frías. Sin embargo, existen algunas excepciones, deliciosas y sencillas ensaladas que apetecen incluso en un día frío y nublado. Recetas como este remojón granadino demuestran que las ensaladas también son para el invierno.

También conocido como remojón de naranja, es un plato de origen árabe muy popular en las provincias de Granada, Jaén y Almería. En su versión más elemental, se trata de una ensalada de naranja con aceite de oliva a la que, habitualmente, se añaden algunos ingredientes autóctonos de la zona en la que se elabora. Aunque nació como una combinación sencilla, con el paso del tiempo la receta original ha sufrido algunas modificaciones, siendo muy popular hoy en día preparar el remojón con bacalao, huevo duro y aceitunas negras.

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La mezcla y contraste de texturas y sabores es la razón de ser de esta deliciosa receta. La naranja, el bacalao (tanto fresco como desalado), el huevo duro y las aceitunas negras, acompañados del intenso sabor de la cebolleta, confirman un primer plato exquisito que apetece en cualquier época del año.

Muy arraigada a nuestra cultura, todo un icono del levante y de los palacios andaluces, la naranja se puede encontrar en una gran variedad de platos dulces, aunque también salados, como demuestra esta receta granadina. Las mejores estaciones para consumir esta deliciosa fruta son otoño e invierno, lo que convierte esta receta en una ensalada ideal para la temporada de frío.

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Esta dulce a la vez que ácida fruta es originaria del sureste de China y norte de Birmania, aunque se la conoce en el área mediterránea desde hace aproximadamente tres mil años. Desde su lugar de origen, el naranjo se extendió a Japón y a lo largo de la India, llegó a Occidente, por la Ruta de la Seda. Los árabes la introdujeron en el sur de España en el siglo X, aunque el naranjo dulce no fue conocido hasta 1450. A partir de ese momento fue extendiéndose por toda Europa, alcanzando gran popularidad durante la segunda mitad del siglo XV. Ya que esta ensalada de naranja y bacalao tiene su origen en la cocina de al-Ándalus, probablemente se haría entonces con naranjas agrias.

En cuanto al aporte nutricional de este fruto, la Federación Española de Nutrición (FEN) reconoce la naranja como una fruta de escaso valor calórico, con un aporte interesante de fibra soluble, cuyas principales propiedades se relacionan con la disminución del colesterol y la glucosa en sangre, así como con el desarrollo de la flora intestinal. En su composición también cabe destacar la elevada cantidad de ácido ascórbico o vitamina C, así como cantidades apreciables de folatos, y en menor cantidad, vitamina A.

Tiempo de elaboración: 15 minutos

Raciones: 2 personas

Ingredientes:

• 4 naranjas
• 2 huevos
• Bacalao (desalado o salado)
• 1 cebolleta grande o 2 más pequeñas
• Aceitunas negras
• Aceite de oliva virgen extra
• Sal

Elaboración:

1. Ponemos los huevos a cocer en un cazo con agua. Cuando lleven hirviendo 10 minutos, los sacamos del fuego, los refrescamos y los pelamos. Cortamos nuestros huevos cocidos en gajos y reservamos.
2. Pelamos las naranjas y quitamos por completo la piel blanca. Sacamos los gajos y los partimos, también podemos cortarlas en rodajas. Las disponemos en una fuente.
3. Ponemos unas gotas de aceite en una sartén o plancha, agregamos los trozos de pescado los cocinamos durante unos 4 minutos. Una vez cocinado, desmigamos y reservamos.
4. Picamos la cebolleta en juliana muy fina, cortamos las aceitunas por la mitad y montamos la ensalada en la fuente con naranja.
5. Aliñamos la ensalada con un buen chorro de aceite de oliva virgen extra. Si el bacalao es desalado, podemos añadirle una pizca de sal. Opcionalmente, también podemos añadir el jugo de la naranja que hayamos extraído de pelarlas y cortarlas.