Tortilla de calabacín, una receta sencilla para una cena rápida y saludable

Las tortillas son una de las maneras más fáciles y saludables de solucionar una cena, una receta a la que, seguro, todos hemos recurrido más de una vez. Concretamente, la tortilla de patatas es uno de los platos más conocidos y extendidos de la gastronomía española, pero hay otras muchas versiones de esta receta que podemos probar para disfrutar de ella cualquier noche de la semana.

Una forma deliciosa y, además, muy saludable de disfrutar de una tortilla es añadiéndole nuestras verduras favoritas. Con cualquier hortaliza de temporada y un poco de cebolleta para un extra de sabor podemos conseguir un plato completo y delicioso que gustará a toda la familia. En esta ocasión utilizaremos el calabacín, una verdura saludable y con mucho sabor que combina a la perfección con el huevo.

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Esta tortilla de calabacín puede ser una idea estupenda para una cena saludable y ligera en cualquier momento del año, un plato que sería ideal acompañado de otras elaboraciones como una buena ensalada en verano y una crema de verduras en invierno. Lo ideal es disfrutar de esta tortilla cuando aún está caliente, por lo que lo ideal es hacerla en el momento de consumir. Además, es una receta tan rápida y sencilla que nos permitirá utilizarla como comodín en aquellos días que debemos solucionar una cena de última hora.

La sencillez de esta receta, sin embargo, no quita su delicioso sabor. La clave para alcanzar un resultado de sobresaliente se encuentra en el producto más que en la elaboración. Buenas verduras, huevos de corral y un aceite de primera calidad es todo lo que se requiere para obtener un plato de lujo y, por supuesto, de rechupete.

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Esta receta no solo es fácil y deliciosa, sino que, además, contiene una gran cantidad de propiedades nutritivas. El calabacín es una hortaliza con un gran aporte nutricional, especialmente si se consume con piel y crudo, como ocurre en este delicioso carpaccio. Se trata de una verdura muy recomendada para dietas que combaten el sobrepeso, hipertensión, problemas digestivos, estreñimiento o retención de líquidos, debido a su escaso contenido calórico (100 gramos de calabacín apenas tienen 20 calorías) y a sus beneficios saludables.

Su consumo contribuye a cubrir las necesidades de vitaminas y minerales, especialmente las de vitamina C y potasio, además de minerales, como el calcio, el potasio y el magnesio. Todos estos nutrientes son antioxidantes, por lo que consumir calabacín es una buena forma de evitar el envejecimiento prematuro. Al mismo tiempo, beneficia la salud cardiovascular, controla el colesterol y la presión arterial.

En cuanto al huevo, otra de las partes fundamentales de esta receta, se trata de un alimento muy nutritivo que no puede faltar en ninguna dieta saludable. Como señalan desde la Fundación Española de Nutrición (FEN), el huevo se caracteriza por ser una rica de fuente de proteínas “de máxima calidad”, así como por aportar otros nutrientes como las grasas monoinsaturadas, hierro, zinc, fósforo, potasio, calcio, ácido fólico y vitaminas de tipo A, D, E, B3 y B12.

Tiempo de elaboración: 25 minutos

Raciones: 2 personas

Ingredientes:

• 1 calabacín
• 1 cebolleta
• 3 huevos
• Sal
• Aceite de oliva virgen extra

Elaboración:

1. Comenzamos preparando las verduras. Picamos la cebolleta finamente y cortamos el calabacín en dados pequeños. Calentamos un poco de aceite de oliva en una sartén y rehogamos la cebolleta. Cuando esta esté transparente, añadimos el calabacín. Pochamos el conjunto durante unos 15 minutos, a fuego bajo. Cuando el calabacín esté blando, salamos y retiramos las verduras de la sartén, escurriendo el aceite sobrante.
2. En un bol o un plato hondo, batimos los huevos hasta que queden esponjosos. Unimos las verduras con el huevo y mezclamos bien, añadiendo una pizca de sal justo antes e formar la tortilla.
3. En una sartén caliente con un chorro de aceite, volcamos los huevos batidos con la verdura para hacer la tortilla.
4. Cuando pasen unos minutos (más o menos dependiendo si preferimos nuestra tortilla más o menos cuajada), damos la vuelta a la tortilla ayudándonos de un plato grande, como haríamos con una tortilla de patata habitual. Servimos caliente.