La alimentación es uno de los pilares fundamentales sobre los que se apoya el correcto crecimiento de los bebés y los niños. Esta cuestión suele generar bastante preocupación en los padres, porque los detalles son muchos y los consejos, a veces, parecen contradictorios. Lo importante es seguir unas pautas generales y disfrutar del proceso.
La pediatra Nerea Sarrión ha publicado su primer libro Cuidar lo que más importa. Manual de salud infantil para el día a día (Lunwerg Editores), en el que pretende acompañar a madres y padres durante los primeros años del crecimiento del bebé. Una especie de manual de instrucciones en que, desde la visión de madre y pediatra, Nuria resuelve múltiples dudas que suelen surgir en su consulta.
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Las mayores dudas giran en torno a la alimentación complementaria, que son los que se van introduciendo de manera progresiva en la dieta del bebé para que, finalmente, abandone la lactancia. Hasta el primer año el niño ha de seguir tomando la leche, materna o de fórmula infantil; como su nombre indica, estos alimentos complementarán, no sustituirán, a la leche y deberán ser introducidos a los seis meses de edad.
Alimentación complementaria, un gran impacto en la salud futura del bebé
El tiempo que dura esta alimentación complementaria tendrá un gran impacto en la salud futura del bebé, además de cargar consigo una función nutricional (el pequeño descubre los alimentos que formarán parte de su dieta) y social en el entorno familiar. Por ello, la pediatra Sarrión recoge en Cuidar lo que más importa. Manual de salud infantil para el día a día los alimentos que debe evitar el bebé en ese primer año de vida:
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- Azúcar o productos que la contengan, por el peligro de las caries, el sobrepeso infantil e incluso diabetes
- Sal o productos que la contengan. En este periodo, es suficiente con la sal que ingieren de otros alimentos, ya que una dosis mayor podría dañar sus riñones.
- Pescados de gran tamaño como el pez espada o emperador, el atún rojo, el lucio... por su alta cantidad de mercurio que puede afectar al sistema nervioso del bebé. Se aconseja para esta edad pescados blancos, como la merluza.
- Cabezas de mariscos (gambas, langostinos y cigalas) y crustáceos
- Verduras de hoja verde: acelgas, espinacas, borraja... En edades tan tempranas, es mejor evitarlas y buscar otras fuentes de vitaminas, ya que el exceso de nitritos puede ocasionarles matahemoglobina, que produce a su vez dificultad para respirar por la falta de oxígeno en sangre
- Miel, debido a que puede contener la bacteria del botulismo. Al tener el intestino aún en desarrollo, puede tener problemas para combatir las toxinas de esta bacteria.
- Algas, por su alto contenido en yodo
- Carnes de caza, por la presencia del plomo, que puede provocarles problemas renales
- Tortitas, bebidas y harinas de arroz
- Leche de vaca, que por el exceso de proteína puede irritarles el estómago
- Carne, huevo o pescado poco cocinados o crudos, porque pueden acarrear graves problemas como la salmonelosis o el anisakis
- Alimentos ultraprocesados, por ser ricas en grasas trans que aumentan el colesterol
- Infusiones, porque aún no pueden metabolizar correctamente las propiedades de las plantas
- Zumos, debido al exceso de azúcar
- Alcohol para cocinar