Estas son las cuatro principales causas por las que desperdiciamos la comida y cómo evitarlas

Un informe revela que el 73% de los consumidores españoles está muy preocupado por el desperdicio alimentario

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Cada segundo se tiran en el mundo más de 79 toneladas de comida, es decir, más de 2.500 millones de toneladas al año. Solo en España casi ocho millones de toneladas de alimentos anuales acaban en la basura, según la FAO. Esta realidad hace que cada 29 de septiembre se tenga que continuar elevando la voz de alarma sobre esta problemática en el Día Internacional de la Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos.

Too Good To Go, la app diseñada para salvar el excedente de comida de restaurantes y establecimientos, ha llevado a cabo un estudio junto con la consultora social 21 gramos para entender cómo percibimos el desperdicio de alimentos y cuáles son las causas detrás de este problema.

Este informe revela que el 73% de los consumidores españoles está muy preocupado por el desperdicio de alimentos y es algo que les hace sentir mal. Las razones por las que esto es una preocupación son, en primer lugar, el impacto que supone a nivel económico, seguido de una cuestión ética y social y por el impacto medioambiental en este orden. Con respecto a las principales causas por las que se desperdicia comida, los consumidores destacan en este estudio cuatro razones fundamentales.

Cómo hacemos la compra

El primer error que cometemos a la hora de llenar nuestra cesta de la compra es dejarnos guiar por aquellos alimentos que entren por el ojo. Un 81% de los encuestados reconoce que el aspecto de los productos, en especial los frescos, determina su elección, desechando los productos considerados “feos”. En realidad, en la mayoría de ocasiones estos artículos poseen la misma calidad.

Es importante tener siempre una lista de la compra en la que apuntaremos qué necesitamos comprar (REUTERS)
Es importante tener siempre una lista de la compra en la que apuntaremos qué necesitamos comprar (REUTERS)

Además, muchos reconocen dejarse llevar por las ofertas; un 49% de los ciudadanos es “adicto” a las ofertas del punto de venta. Pero la realidad es que el 36% de los encuestados asegura que los packs de formato ahorro o familiar dificultan que se consuma todo el pack, lo que provoca que se acabe desperdiciando comida.

Comprar “sin cabeza” es el tercer factor que nos afecta a la hora de ir al supermercado. El 26% de los consumidores señala que compra por impulso, sin planificar y hay un 21% que utiliza la fórmula “por si acaso”, lo que suele implicar que esos alimentos se acaban transformando en desperdicio.

Según explica Cristina Ferrer, experta en organización de cocina y batch cooking, “es importante tener siempre una lista de la compra en la que apuntaremos qué necesitamos comprar después de haber revisado la despensa, la nevera y el congelador, por si podemos aprovechar algún ingrediente. De no ser así, si compramos ingredientes que no tienen un plan de cocinado, es más probable que acaben en la basura”.

La organización de la despensa/nevera

El 43% reconoce que no invierte tiempo en el almacenamiento y casi un 50% indica que no cuenta con información sobre la conservación óptima de los alimentos. La forma en la que se organizan los productos en nuestro hogar también ayuda a no desperdiciar. Cristina Ferrer señala como claves: “retirar los embalajes para ver mejor el producto; organizar por temáticas; usar etiquetas con avisos de próxima caducidad y asegurarnos de que los productos se vean porque si no se ven, no se usan”.

Cocinado anti desperdicio

En cuanto al momento de cocinado se refiere, el 30% de los consumidores encuestados reconoce que no sabe calcular eficientemente las cantidades de comida que elaboran, provocando así un desperdicio constante de alimentos. Además, el 31% de los encuestados dice que tiene pocas habilidades en la cocina que le permitan un mejor aprovechamiento de los alimentos y el 26% asegura que no cuenta con el tiempo necesario para cocinar y, por lo tanto, se estropean muchos productos.

A la hora de cocinar, es importante calcular bien las cantidades (Getty Images)
A la hora de cocinar, es importante calcular bien las cantidades (Getty Images)

En este sentido, Ferrer comenta que “el batch cooking es una técnica útil. Consiste en dedicar un día de la semana a cocinar y preparar distintas elaboraciones que luego podrás combinar a lo largo de la semana sin cocinar apenas el resto del tiempo. Podemos elaborar un montón de recetas que luego se pueden distribuir durante la semana combinando con una ensalada o una crema de verduras. Por ejemplo, unas albóndigas cocinadas las pueden preparar estilo falafel, o combinarlas con un poco de pasta y salsa de tomate para spaghetti. Es importante tener ya cocinada la base y luego completar con productos hechos en el momento”.

Fecha de consumo preferente y de caducidad

Por último, mientras que el 81% de los consumidores asegura saber la diferencia entre la fecha de consumo preferente y de caducidad, aún sigue habiendo un 19% que lo desconoce. La fecha de consumo preferente es un indicador de calidad organoléptica, de tal manera que una vez vencida esta fecha, si se han seguido las instrucciones de conservación y al abrirlo tiene buen aspecto, olor y sabor, se puede consumir y se reduce así el desperdicio.

Es por ello que Too Good To Go lanzó la etiqueta “Mira, Huele, Prueba”. Se trata de una etiqueta con un pictograma de un ojo, una nariz y una boca que se incorpora a los envases de productos con fecha de consumo preferente para recordar a los consumidores que usen y confíen en sus sentidos para comprobar si un alimento, cuya fecha ha vencido, sigue en buen estado antes de tirarlo de manera innecesaria. Este distintivo ya está presente en España en más de 1.200 referencias de alimentación de 40 marcas alimentarias de gran consumo y tiene la misión de sensibilizar y empoderar a los consumidores en torno a este problema.

En cambio, la fecha de caducidad nos indica hasta qué fecha el alimento se puede consumir con seguridad, algo que suele afectar a productos frescos en la mayoría de los casos. Nunca debemos consumir ningún producto si ha superado la fecha de caducidad.

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