Las personas que han vivido un ataque de ansiedad alguna vez en su vida saben que no es una experiencia agradable con síntomas que se parecen a los de patologías graves como los infartos o ataques cardíacos. Aunque la ansiedad es una reacción normal que se activa cuando el cerebro detecta peligro o una amenaza inmediata, también puede convertirse en un trastorno cuando se activa en situaciones en las que habitualmente no hay peligro o cuando empieza a interferir en la vida cotidiana.
Los ataques de ansiedad, por otro lado, se caracterizan por un estado extremo de ansiedad de breve duración y rápida instauración que se acompaña de diferentes síntomas físicos, parecidos a los de ataques de pánico o de angustia. Aunque no todas las personas con un trastorno de ansiedad han vivido un ataque de ansiedad, los individuos que padecen estos trastornos son más susceptibles a sufrir un ataque de ansiedad que los demás.
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¿Cómo identificar un ataque de ansiedad?
Un ataque de ansiedad suele implicar un miedo incontrolable a que algo malo ocurra y alcanza su pico dentro de pocos minutos. Su duración varía entre 10 y 45 minutos, aproximadamente, y pueden ser provocados por estrés o preocupaciones recientes como son las crisis personales, problemas familiares o económicos o como consecuencia de la ingesta de ciertos tipos de drogas.
Las señales que aparecen con más frecuencia durante los ataques de ansiedad se parecen a los de un infarto e incluyen:
- Dolor o presión en el pecho
- Mareo, náuseas y/o sensación de malestar
- Sudoración
- Aceleraciones del pulso o sensación de palpitaciones
- Sensación de ahogo o dificultad para respirar
- Temblores, dolor de cabeza o sensación de calor o frío
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Además, se puede producir una sensación de irrealidad durante un ataque de ansiedad o disociación, un mecanismo de defensa pasivo que hace que la persona se desconecta de la realidad a través de una especie de parálisis física y un estado de anestesia emocional.
Cómo controlar un ataque de ansiedad a través de la respiración
Los ataques de ansiedad generan una inestabilidad emocional fuerte y en algunos también provocan miedo por los síntomas que provocan. Por tanto, saber cómo controlarlo es clave para superarlo lo antes posible. Una de las técnicas más recomendadas son las de respiración, un mecanismo clave para manejar estos ataques, según la Escuela de Posgrado de Medicina y Sanidad. Un ejemplo es la técnica 4-7-8, que consiste en inspirar durante cuatro segundos, retener la respiración durante siete segundos y exhalar durante ocho segundos hasta que la mente se calme.
Al respirar tranquilamente, el ritmo cardíaco se regulará poco a poco y el malestar disminuye. Además, se recomienda encontrar una postura cómoda, preferiblemente en un sitio con poca gente, cerrar los ojos e intentar pensar positivamente. No obstante, expertos también señalan que puede ayudar el simple hecho de reconocer que estás teniendo un ataque de ansiedad y encontrar un objeto de enfoque o utilizar técnicas de relajación muscular para disminuir el tiempo que dura el ataque.
La cifras de ansiedad en España
En España, se estima que el 6,7% de la población está afectada por la ansiedad, aunque esta cifra aumenta hasta el 9,2% en las mujeres, según cifras de la Confederación Salud Mental España. Sin embargo, entre los jóvenes, estos números se incrementan aún más.
Según datos de un estudio realizado por la Universidad Complutense de Madrid, casi la mitad de los menores entre 12 y 17 años sufrió síntomas de depresión y ansiedad tras la pandemia, mientras un 31,5% indicó tener o haber tenido ideas suicidas en este tiempo.