Muchas de las bodegas que hoy se hallan en la comarca del Alt Empordà, en la provincia de Girona, debieron replantar los viñedos una vez finaliza la Guerra Civil. Sucede que durante el conflicto en esta región del norte de Cataluña se alzaban una gran cantidad de refugios empleados por el bando republicano para refugiarse de los ataques de las fuerzas sublevadas contra la República. No solo eso, aquí también se encontraba el último aeródromo en el que los republicanos concentraron sus aviones hacia el final del conflicto, que finalmente fue bombardeado el 5 de febrero de 1939.
Una de las bodegas que se erigen sobre los restos de la terminal aérea es Mas Llunes, que posee 79 hectáreas especializadas en vinos ecológicos. Los vinos de la familia Roig, sus propietarios, están adscritos a la Denominación de Origen Empordà, a la que también pertenecen otro medio centenar de vinateros. “Trabajamos con variedades autóctonas como la Garnacha y la Cariñena y extremamos las atenciones a nuestros viñedos -algunos con más de cien años de antigüedad-, ya que el secreto de nuestra calidad está en cuidar la materia prima”, explican desde la empresa.
Al seguir las normas de la producción ecológica, en Mas Llunes se esfuerzan en obtener vinos con personalidad y marcado carácter ampurdanés. De esta forma, aseguran, las 125.000 botellas que elaboran cada año son el fruto de esta manera especial de entender el vino.
Los suelos pizarrosos donde se ubica la bodega son ácidos, pobres en materia orgánica y tienen muy buen drenaje, condiciones ideales para la plantación de viñedos. Además, les aporta un alto grado de concentración y mineralidad. También el clima mediterráneo de la comarca imprime unas características especiales a los vinos: inviernos fríos no muy intensos y veranos templados gracias a brisa del mar. Además, el fuerte viento de Tramontana ayuda a encontrar el punto óptimo de maduración de la uva y evita la humedad, por ende, también posibles pestes y hongos que afecten a las plantas.
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El paisaje que rodea a la bodega no podría ser mejor. Limita al norte con los pirineos, que en invierno dan unas vista únicas de las montañas nevadas; al este con el Mediterráneo, con sus tranquilas aguas y sus playas de arena fina; y al sur con la verde planicie ampurdanesa.
Vinos
Mas Llunes elabora vinos tintos, blancos y rosados. Entre los tintos, destaca su vino de entrada Esventat, cuyo nombre evoca a que ha soportado las fuertes ráfagas del viento de la zona. Las uvas con las que se ha hecho este vino de color cereza picota se han vendimiado de forma manual y su fermentación se realizó en depósitos de acero inoxidable. Como suele ser el caso de los vinos ecológicos o naturales, no se le realizó ninguna adición de sulfito en todo el proceso de elaboración. En Esventat predomina la fruta confitada y las cerezas, con ligeras notas que recuerdan a la castaña. En boca en amplio y fresco.
Entre los blancos, sobresale Nívia (De nieve, en catalán) vino que se realiza con uvas de Garnacha blanca y Macabeo. De color pajizo brillante, Nívia presenta aromas de flores, hierbas aromáticas, hinojo, cítricos y romero. En boca exhibe buena concentración y un final largo.