La receta de arroz con leche más fácil y deliciosa de Karlos Arguiñano

El cocinero más famoso de la televisión tiene el truco para hacer la versión más dulce y cremosa de este postre

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Arroz con leche cremoso (Getty Images).
Arroz con leche cremoso (Getty Images).

En cualquier recetario de postres tradicionales no puede faltar el arroz con leche. Es el postre perfecto para ponerle el broche final a cualquier comida, se puede servir frío, templado o caliente según la época del año, se hace con pocos ingredientes y, sobre todo, es fácil de preparar. Su elaboración es sencilla: en resumidas cuentas, consiste en cocer el arroz con la leche y el azúcar y, posteriormente, servirlo frío o templado en un vasito o un bol. A pesar de lo fácil que resulta el paso a paso, hay algunos pasos imprescindibles para lograr el resultado más cremoso y aromático. El cocinero Karlos Arguiñano, experto en los platos más tradicionales, tiene los trucos perfectos para conseguirlo.

Aunque sea un postre muy común en tierras españolas, en realidad muchos países tienen su propia versión del arroz con leche. La receta es original de Asia y, desde allí, viajó hasta Europa y África. Más adelante se exportó a América, convirtiéndose así en uno de los postres más universales que existen. En casi todos los casos, el arroz, la leche y el azúcar son la base de esta receta, aunque cada país aporta sus ingredientes particulares. Mientras que en España se suele aromatizar con piel de naranja o limón, en, en Islandia se le agrega manteca, en Alemania manzana, caramelo en Francia, dulce de leche en Argentina y almendras y cerezas en Noruega.

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A pesar de que el arroz con leche se pueda cocinar de formas muy distintas, incluso con olla a presión u horno, pero la receta clásica suele ser la favorita: solo hace falta una olla tradicional, fuego lento y movimientos regulares para un resultado de sobresaliente. Si queremos darle un plus de cremosidad a nuestro arroz, Arguiñano recomienda utilizar leche entera y fresca y cocer el arroz a fuego lento, removiendo cada poco tiempo. Además, es importante poner a cocer todos los ingredientes en frío, para evitar que se encalle. Con estos trucos y el paso a paso del cocinero, podremos conseguir el arroz con leche más fácil y delicioso con el que conquistar a cualquier invitado.

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Receta de arroz con leche de Arguiñano

Tiempo de elaboración: 55 minutos

Raciones: 4/6 personas

Ingredientes:

1 litro de leche (mejor si es entera y fresca)

100 g de arroz especial postres

70 g de azúcar

2 trozos de corteza de limón

2 trozos de corteza de naranja

1 rama de canela

1/2 vaina de vainilla

Canela en polvo

Elaboración:

  1. Ponemos en una cazuela la leche, el arroz, la rama de canela y la media vaina de vainilla. Añadimos la corteza de limón y la de naranja. Para que no se encalle el arroz es importante poner a cocer todos los ingredientes en frío.
  2. Dejamos cocinar a fuego suave durante 40-45 minutos, removiendo cada 4-5 minutos para que no se pegue.
  3. Cuando el arroz con leche adquiera una textura melosa, agregamos el azúcar. Removemos y deja cocinar un poco más, entre 5 y 10 minutos.
  4. Retiramos la canela, la vainilla y las cortezas de naranja y de limón y dejamos atemperar el arroz. Lo repartimos en 4 copas y espolvoreamos canela por encima.

Cómo hacer arroz con leche asturiano

Arroz con leche cremoso (Getty Images).
Arroz con leche cremoso (Getty Images).

El arroz con leche es un postre muy común en toda España, especialmente en las zonas del norte como el País Vasco o Asturias. Como ocurre con tantos platos, dulces y salados, existen diferentes variantes de arroz con leche, con ligeras diferencias en la receta. En este caso, Karlos Arguiñano nos da las claves para hacer el auténtico arroz con leche asturiano.

Lo único que diferencia al arroz con leche asturiano de la receta común es la capa de azúcar caramelizado que lo corona, algo que le da un sabor espectacular. Para conseguir esta capa de azúcar caramelizado o quemado debemos hacernos con un soplete. Una vez esté el arroz con leche listo para servir, echamos el azúcar sobre la superficie de los recipientes y lo quemamos con el soplete. Para acabarlo, añadimos un poco de canela al gusto y ya lo tendremos listo para comer. La mejor combinación entre lo cremoso y lo crujiente. ¡Es muy sencillo de hacer y el resultado delicioso!

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