¿Cómo afecta el estrés a la manera en que procesamos la información? Un estudio lo revela

Cuando se gestionan las sensaciones de temor e inquietud ante las situaciones del día a día, mejora la vida emocional, así como la eficiencia cognitiva

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El estrés y la ansiedad repercuten en el rendimiento y aprovechamiento académico. - (Imagen Ilustrativa Infobae)
El estrés y la ansiedad repercuten en el rendimiento y aprovechamiento académico. - (Imagen Ilustrativa Infobae)

Hay momentos de la vida en los que es inevitable sentirse nervioso, sobrepasado por la carga de trabajo o las circunstancias. En el ámbito académico, el final de curso es una de las épocas más estresantes para los estudiantes, ya que es cuando se pone a prueba el rendimiento escolar, así como su capacidad para gestionar el trabajo bajo presión durante el periodo de exámenes.

Sin embargo, hay personas que lidian con problemas de ansiedad crónica y estrés constante, lo cual se agrava cuando entran en situaciones como la que se mencionó anteriormente. De acuerdo con la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), usualmente esto se debe a un Trastorno de Ansiedad o con una elevada “ansiedad-rasgo”, ya que se preocupan en exceso ante diversas situaciones.

Distintas investigaciones han mostrado que, en realidad, el exceso de preocupaciones afecta de manera sustancial a la atención y la velocidad de procesamiento de la información, lo que puede mermar el rendimiento académico y la vida profesional.

La ansiedad merma la atención

El estrés y la ansiedad repercuten tanto en la vida laboral como académica.
El estrés y la ansiedad repercuten tanto en la vida laboral como académica.

Un nuevo estudio mostró que personas con altos niveles de ansiedad tienen peores habilidades de gestión de recursos de atención. La investigación fue realizada por cinco profesores de la Universitat de les Illes Balears, de Cataluña; en ella se demostró que si bien estos resultados no están correlacionados con el desempeño objetivo en tareas de control atencional, los especialistas involucrados sí hicieron énfasis en reconsiderar la influencia de la ansiedad en los procesos cognitivos.

Los investigadores realizaron pruebas a 106 participantes sin patologías cognitivas o emocionales declaradas; en ellas, los individuos completaron un test para evaluar su nivel de ansiedad, respondiendo a afirmaciones como “Me rondan y molestan pensamientos sin importancia” y “Veo que las dificultades se amontonan y no puedo con ellas”.

Para medir de forma objetiva las capacidades atencionales, se utilizaron tareas informatizadas que incluyeron variables como el tiempo de respuesta y las tasas de acierto, analizando aspectos como la actualización de la memoria de trabajo, la inhibición de interferencias y la capacidad de alternar el foco atencional.

Los resultados mostraron que quienes puntuaban más alto en ansiedad tenían percepciones negativas sobre su grado de atención. Sin embargo, según lo declarado por los propios investigadores en un artículo de The Conversation, de forma objetiva, la ansiedad no estaba asociada con un peor rendimiento en estas tareas. Lo que sí se observó fue una relación entre alta ansiedad y una velocidad de procesamiento más lenta.

Asimismo, se identificó que esta lentitud en el procesamiento podría deberse al consumo elevado de recursos cognitivos causado por la preocupación constante. Esto coincide con los modelos de eficiencia del procesamiento, los cuales sugieren que estados de ánimo negativos y un bajo autoconcepto afectan la velocidad y precisión de las tareas cognitivas.

Cómo reducir el estrés y la ansiedad

En múltiples ocasiones, el abrumarse pensando en todo lo que hay que hacer, y querer realizarlo al mismo tiempo, causa fatiga mental.
En múltiples ocasiones, el abrumarse pensando en todo lo que hay que hacer, y querer realizarlo al mismo tiempo, causa fatiga mental.

El estrés y la ansiedad son respuestas naturales ante cambios o desafíos, pero cuando persisten por semanas puede causar problemas de salud. Si bien los síntomas pueden ser variados, como el enojo, irritabilidad, insomnio o molestias físicas, identificar las causas permite desarrollar estrategias efectivas para lidiar con ellos.

Entre las estrategias para manejar el estrés y la ansiedad se incluyen:

Aceptar lo inmutable: Reconocer que algunas circunstancias no se pueden cambiar puede ayudar a reducir la ansiedad. Buscar maneras de relajarse durante situaciones estresantes, como en el tráfico, puede ser una opción viable.

Ejercicio regular: La actividad física diaria libera químicos en el cerebro que mejoran el estado de ánimo y ayudan a gestionar la energía y frustración acumulada. Actividades como caminar, nadar o bailar por al menos 30 minutos diarios son recomendables.

Cambiar la perspectiva: Adoptar una actitud más positiva ante los desafíos reemplazando pensamientos negativos por positivos puede resultar útil con el tiempo. Trabajar en la resiliencia personal permite ver los errores como un aprendizaje y dar la vuelta para repensar las actividades que se realizan.

Realizar actividades placenteras: Darse tiempo para hobbies o actividades que se disfruten, como leer o escuchar música, ayuda a manejar el estrés.

Practicar técnicas de relajación: Métodos como respiraciones profundas, meditación, yoga o taichí son recomendables. Estas técnicas disminuyen el ritmo cardiaco y la presión sanguínea.

Conexión social: Mantener relaciones saludables y dedicar tiempo a familiares y amigos puede ser un buen antídoto contra el estrés.

Descanso adecuado: Dormir entre 7 y 9 horas por noche es esencial para pensar con claridad y tener energía, facilitando así la gestión del estrés.

Dieta saludable: Consumir alimentos saludables y evitar azúcares en exceso mejora tanto la energía física como mental.

Tomarse un tiempo para respirar y aclarar la mente, permite reducir los niveles de estrés y ansiedad.
Tomarse un tiempo para respirar y aclarar la mente, permite reducir los niveles de estrés y ansiedad.

En el ámbito escolar, por ejemplo, Ticmas cuenta con un semáforo emocional que ayuda a los docentes a saber cuál es el clima en el salón de clases, y así poder reconocer cuando es necesario que los niños y niñas tomen un descanso para gestionar sus emociones y romper con estos pensamientos ansiosos y causantes del estrés.

De acuerdo con Susel Jacquet, Soft Skills Manager de Ticmas, su iniciativa “Huella Emocional” permite que el docente pueda monitorear el ambiente escolar y así saber qué tipo de actividad puede realizar para reducir el nivel de nerviosismo o tensión, por ejemplo, previo a un examen.

“Esta información es muy visible para el docente y le permite tomar decisiones respecto a qué tipo de intervenciones llevar adelante en esa situación, en ese escenario. Para ayudarlo en el tipo de intervenciones, por ejemplo, nosotros tenemos una biblioteca específica, una colección específica de aprendizaje socioemocional que está compuesta por unidades con distintos temas relacionados con el desarrollo socioemocional. (...) Tenemos propuestas de ejercicios de relajación basada en en la respiración, ejercicios de relajación muscular progresiva, de relajación en la imaginación”, dijo la especialista de Ticmas a Infobae.

La representante de Ticmas comentó que se tienen videotutoriales para que los docentes tengan esta formación y pongan en marcha las estrategias necesarias para relajar a los estudiantes.

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