A todos nos ha pasado alguna vez. El despertador suena para entrenar por la mañana y te das la vuelta con un gemido. No solo estás cansado, tu cuerpo no se siente bien. Si estás empezando a enfermarte, ¿es mejor descansar o superar la enfermedad para ir al gimnasio? ¿Cuándo estás demasiado enfermo para hacer ejercicio?
Según Greg Summerville, médico especialista en medicina deportiva de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, hay que atender los síntomas específicos.”Tu cuerpo te está hablando”, dijo. Los síntomas están ahí por una razón.
Con la llegada de la temporada de virus otoñales en el hemisferio norte, The New York Times preguntó a los médicos cuándo deberías saltarte el entrenamiento y cuándo es seguro volver a hacer ejercicio.
Guiarse por los síntomas
Cuando apenas empiezas con molestias, Amy Comander, directora del programa de medicina y estilo de vida del Hospital General de Massachusetts, recomienda evaluar cómo se siente todo el cuerpo y hacer una “revisión del cuello”.
Si los síntomas se encuentran por arriba del cuello -por ejemplo, secreción nasal, congestión, dolor de garganta- probablemente puedes hacer ejercicio siempre que te apetezca. Pero si tus síntomas están debajo del cuello, como dolores musculares o aumento de la frecuencia cardiaca, probablemente es una señal de que tu cuerpo se está esforzando por combatir una infección y hacer ejercicio podría retrasar la recuperación, dijo.
Si tienes fiebre por arriba de 38 grados Celsius, es una señal clara de que debes descansar, incluso si tus síntomas son leves.
Los médicos aconsejan ser especialmente cuidadoso si tienes vómito o diarrea porque pueden deshidratarte gravemente. Comander recomienda esperar al menos 24 horas después de haberte recuperado de una enfermedad gastrointestinal antes de hacer ejercicio. Para los síntomas gripales, como dolores musculares, fatiga y dolor en las articulaciones, los pacientes pueden volver a hacer ejercicio gradualmente cuando los síntomas se hayan ido.
Si te estás recuperando de una enfermedad grave como neumonía o si estuviste en hospitalización, consulta con tu médico cuándo es adecuado volver a hacer ejercicio.
¿Y si es COVID-19?
Los consejos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades para volver a tus actividades después de la COVID-19 son similares a las otras enfermedades respiratorias, pero es importante considerar la gravedad de tu caso antes de ejercitarte.
El doctor Comander señaló las directrices más recientes del Colegio Americano de Cardiología: si eres asintomático, de acuerdo con las directrices, puedes intentar entrenar tres días después de haber dado positivo. (Tomarse unos días de descanso puede ser útil en caso de que aparezcan síntomas más adelante, dijo Comander). Pero si tienes síntomas importantes relacionados con el corazón o con los pulmones como presión en el pecho o tos persistente, espera hasta que desaparezcan antes de intentar hacer ejercicio.
Cuando regreses a entrenar debes basarte en cómo te sientes, no necesariamente en cómo están las pruebas o cuánto tiempo hayas tenido Covid, dijo Tanya Melnik, codirectora de la Clínica poscovid para adultos de M Health Fairview en Minnesota. Las respuestas individuales a la infección varían significativamente, añadió. Para quien experimenta más fatiga durante y después de contagiarse de covid, la “paciencia se convierte en una virtud realmente necesaria”, dijo.
Melnik recomienda que, una vez que te sientas capaz de hacer más actividad, te asegures de que puedes realizar tareas básicas sin sentirte agotado. Intenta subir y bajar escaleras, hacer recados o simplemente estar de pie algunos minutos. Si cualquiera de estas actividades te deja exhausto, probablemente es muy pronto para hacer ejercicio.
Pero si puedes hacer tareas rutinarias sin sentir fatiga ni dificultad para respirar, puedes probar hacer ejercicios cortos de baja intensidad, destacó. Aumenta gradualmente la intensidad y la duración del ejercicio, agregó Melnik, “pero no las dos cosas a la vez”.
Empieza despacio y con paciencia
Daniel Anderson, cardiólogo de Nebraska Medicine, dijo que, en vez de buscar la mejor marca personal una vez que te sientas bien para volver a hacer ejercicio, hay que centrarse en los “días de finalización”.
Presta menos atención a tu ritmo al correr o cuánto peso puedes levantar y celebra el hecho de que lograste llegar a la puerta para salir.
Y no te sorprendas si te toma algunas semanas llegar a tu rutina de ejercicio. “Por cada día que estuviste con la enfermedad, tómate tres días de recuperación”, dijo Anderson y toma en cuenta que tu edad y tu condición física puede afectar el tiempo de recuperación.
Mientras te recuperas, Anderson también hace la prueba de la conversación: “si no puedes mantener una conversación durante el entrenamiento, es posible que debas reducir el ritmo.”
©The New York Times 2024