Es cierto que cuánto más y mejor entrena una persona, mejores resultados obtiene. Lo que muchos pasan por alto es justamente la palabra mejor, quedándose solo con el más.
La pregunta acerca de si un corredor debe salir a correr todos los días tiene la misma respuesta que casi todas las preguntas vinculadas con esta actividad: depende de cada corredor. En el mundo de los aficionados, empezamos diciendo que al menos un día a la semana es recomendable tomárselo libre para descansar.
Cuando alguien empieza a correr lo más probable es que corra dos o tres veces por semana. En ese momento los días de descanso son muchos más y es normal que así sea. Hay que ganar confianza, experiencia y estado físico.
Con progresión y constancia se sumará probablemente un cuarto día, incluso un quinto, pero no en todos los casos. Para los que apuntan a llegar un poco más allá, eventualmente se sumará un sexto, pero acá ya hay que estar atentos, para algunos corredores cinco días a la semana son suficientes, un sexto no les mejora el desempeño.
Incluso aquellos que buscan un desempeño alto en maratón y ultramaratón y hacen días con dos turnos de entrenamiento se toman un día para descansar. El cuerpo necesita ese reposo, siempre hablando de aficionados, es decir la casi totalidad de los corredores del mundo. Muchas veces se ha hablado del entrenamiento invisible, esa expresión se refiere justamente a lo que se entrena cuando uno no está corriendo.
El día libre es parte de la tarea de un corredor. No es divertido, no puede ser acompañado por una linda foto en redes sociales, pero es algo que debe ser respetado porque ayuda a la recuperación del cuerpo y la mente. Ese día de no correr puede ubicarse en cualquier momento de la semana, pero de ninguna manera se lo debe pensar como un día perdido, al contrario.
Correr todos los días cada vez más kilómetros no siempre es correr mejor. Hay un momento en el cual excederse en los kilómetros y días de entrenamiento empieza a restar. Todos los corredores tienen un límite.
Es verdad que ese límite suele ser más lejano de lo que uno cree cuando empieza a correr, pero en algún lugar está y hay que estar atentos a ese límite. No es algo difícil de ver, es solo aplicar el sentido común y escuchar al cuerpo.
Por supuesto, alguien dice “pero yo quiero salir un día por semana aunque sea livianito, media hora”. No está prohibido, pero también piensen que con un verdadero día de descanso al siguiente van a sentir un alivio y a tener más fuerza para poder entrenar mejor, que es el único objetivo del corredor amateur.
Los peligros de correr de más incluyen lesiones, agotamiento físico y también mental, o simplemente no poder progresar e incluso empeorar el desempeño como corredores.
No todos los días de entrenamiento son iguales, se deben alternar días intensos con días más livianos y eventualmente tomarse un día o dos días de descanso. Tampoco esto es igual durante todo el año. A veces se puede tomar un día de descanso fuera del programa. También hay días más livianos que otros y deben tomarse más descansos justo antes o inmediatamente después de una carrera.
La lección más importante para un corredor aficionado es que el tesoro a proteger es justamente la posibilidad de seguir corriendo.
Correr, disfrutar, sentirse bien y repetir eso una y otra vez. El objetivo que tenemos todos los corredores aficionados que amamos es el running es el mismo: correr para siempre. Disfrutarlo y cuidarse son dos cosas que nunca debemos pasar por alto.
*Santiago García es maratonista, autor del libro “Correr para vivir, vivir para correr” y “Volver a correr”. Completó la Six World Marathon Majors dos veces. En Instagram: @sangarciacorre.
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