Una de las tantas preguntas que recibo en el consultorio es ¿Doctor por qué yo trato de hacer dieta y no hay caso? Eso lo he escuchado de diferentes maneras y la única respuesta es ponerse objetivos y no la famosa frase de “tratar de hacer”, porque así es como las personas lo empiezan y lo dejan.
Las cosas se hacen o no se hacen. No hay que tratar de hacer. Un objetivo es algo pequeño que uno no puede no cumplirlo. En este caso, el objetivo es yo quiero cambiar. Yo quiero cambiar mi estilo de vida, mi cuerpo, hacer una dieta efectiva que pueda seguir y no frustrarme.
Tener objetivos significa tener algo claro y decirse a uno mismo: “yo voy por ese objetivo”, trabajar con él, y que sea cumplible. Si no lo puede cumplir significa que se eligió mal el objetivo. Entonces la próxima vez se busque otro objetivo, este tendrá que ser escrito, medible, y básicamente cumplible.
¿Para qué sirven los objetivos? Esos sirven como guía e inspiración durante el tratamiento porque marcan el camino a seguir. Alcanzarlos es una motivación para continuar avanzando y modificándolos a medida que son cumplidos.
Para que resulten efectivos debe ser:
- Medible y observable: para saber si lo consigue o no y poder evaluarlo.
- Escrito: para que dichos objetivos no sean olvidados y se puedan cumplir.
- Temporal: incluir el tiempo para lograrlo en un determinado tiempo y espacio.
- Acordado: con un profesional o grupo y no hacerlo solo y no poder lograrlo.
- Realizable: para que sea posible alcanzar la meta que uno quiera.
- Específico: no dejar detalle sin pensar.
- Ambiental: cuidar que no altere su entorno, que no interfiera con otros horarios o compromisos de su vida cotidiana.
- Lógico: que los objetivos razonados y con sentido común aumentan sus posibilidades de ser cumplidos.
Para llegar a una dieta ideal, la clave para adelgazar y mantenerse es realizar un plan de alimentación equilibrado, establecer un compromiso real con uno mismo y llevarlo a cabo con perseverancia. Si se desea lograr un descenso de peso razonable, de medio kilo por semana, no existen fórmulas fáciles para adelgazar, ni resultados mágicos.
Es necesario comenzar a pensar en otras maneras de alimentarse y en el movimiento para mantener al cuerpo saludable. Aprender a usar conductas alternativas en lugar de comer frente a determinadas sensaciones o sentimientos como el enojo, el aburrimiento, el resentimiento o la frustración.
Es importante modificar progresivamente los hábitos. Aportar como mínimo 1200 calorías por día y ser equilibrado en las ingestas de vitaminas y minerales. Evitar la prohibición de alimentos: controlar la frecuencia y el tamaño de las porciones.
Es recomendable disminuir la porción, saborear la comida, comer lento, masticar más, concentrarse y organizar los bocados en tamaños chicos. A su vez, aumentar el volumen de legumbres, hortalizas y frutas, de líquidos sin calorías e incorporar alimentos aireados tales como suflés, batidos y soda. En lo que respecta a composición, en líneas generales más proteínas y menos grasas saturadas, menos azúcares y harinas, menos sal y menos alcohol.
Y recuerde, el camino del infierno está lleno de buenas intenciones, pero el camino de la realidad está lleno de concreciones.
*El doctor Alberto Cormillot es un reconocido médico argentino especialista en obesidad, educador para la salud, escritor y conferencista. Fundó y dirige la Clínica de Nutrición y Salud que lleva su nombre, Dieta Club, la Fundación ALCO (Anónimos Luchadores Contra la Obesidad) y el Instituto Argentino de Nutrición, desde donde asesora a industrias para la elaboración de productos dietéticos y saludables.
Realización: Thomas Khazki / Producción: Macarena Sánchez / Edición video: Patricio Staricco
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