Qué se debe incluir en la dieta para tener una alimentación saludable

Las frutas y verduras deben ser parte de la alimentación diaria, así como también los cereales, las harinas, las carnes, el huevo, los quesos, el aceite y el azúcar. Todo en su justa medida. Un experto lo explica

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¿Hay alimentos malos? ¿Hay alimentos buenos? La respuesta es negativa. Una alimentación saludable es sinónimo de alimentación sana: aquella que contenga una amplia variedad de alimentos ricos en nutrientes de los cinco grupos básicos: vegetales y frutas; carnes y huevos; aceites y grasas; lácteos y harinas; y por último cereales.

"En general muy pocos adolescentes, adultos jóvenes y niños consumen frutas y verduras, y esto conlleva una carencia de vitaminas y minerales", dice el médico Silvio Schraier, especialista en Nutrición y director de la especialización de Nutrición de la UBA (sede Hospital Italiano de Buenos Aires). "Y ahí es cuando los padres recurren a los médicos y dicen, '¿No le da a mi hijo una vitamina o un mineral?', y nosotros respondemos, '¿comió fruta o verdura?', y responden, 'no porque al nene no le gusta', pero ellos tampoco compran".

La fibra de las frutas
La fibra de las frutas y verduras también reduce la absorción de azúcares y grasas, retarda la digestión y la absorción y regulariza el tránsito intestinal. (iStock)

Las verduras, además de aportar fibra, vitaminas y minerales, ayudan a aumentar el volumen del plato y a dar saciedad sin aportar demasiadas calorías e indirectamente también ayudan a moderar la cantidad de proteínas.

"La moda de no comer tal cosa, o comer mucho de tal otra o comer los hidratos de carbono en forma de harina hacen mal y engordan o si comés mucha proteína está todo bien, la realidad es que la alimentación es fundamental. Ninguno de nosotros estaría acá presente sin alimentarnos", expresó el experto en nutrición.

Las dietas del futuro serán
Las dietas del futuro serán personalizadas de acuerdo a la información genética (Shutterstock)

La persona debe incorporar a su cuerpo todo tipo de alimentos. Ningún alimento es malo, todo debe ser consumido en su justa medida.

Revisar las porciones es clave, especialmente con las carnes y pescados. Los especialistas recomiendan siempre que en que un plato saludable debe consistir en verduras en un 50%, proteínas en un 25% y carbohidratos en el restante 25%.

Una buena alimentación es saludable
Una buena alimentación es saludable para el corazón (iStock)

Schraier, agregó: "Si yo solo como de una sola familia de alimentos me está faltando para construir mi cuerpo, para mantenerlo activo. Es como si tuviera un auto 0km y no funciona, y es porque no le puse nafta. Entonces, el cuerpo utiliza los nutrientes que tienen los alimentos para construirse y mantenerse. Los alimentos están integrados por elementos que van construyendo como si fueran una pared, con esos ingredientes, el cuerpo va construyendo lo que le hace falta. Si estamos sanos, podemos construir más músculo en un gimnasio con esos nutrientes, si estamos enfermos tal vez  se necesiten esos mismos nutrientes para cicatrizar heridas".

El médico nutricionista sugiere no hacer un demonio con los alimentos. "Ningún alimento es bueno ni tampoco ningún alimento es bueno- Solamente depende de cómo se use y en qué cantidad se use y la idea es que necesitamos comer un poco de cada cosa para que el cuerpo tenga en los lugares que necesita lo que le hace falta para fabricar todo lo necesario".

El menú pensado para potenciar
El menú pensado para potenciar el cerebro debe contener todos los alimentos, frutas, verduras, proteínas e hidratos

"El mensaje es: comamos de todo, frutas y verduras. También que lavemos bien las frutas y las verduras, no cortemos las frutas y las verduras en las mismas tablas donde cortemos carne y si tenemos una sola tabla lavarla bien igual que el cuchillo entre una cosa y otra", concluyó Silvio Schraier.

El objetivo de Stamboulian Talks es transmitir a través de exposiciones atractivas y sintéticas aspectos interesantes, importantes o novedosos en temas sanitarios. La meta es que cada presentación sirva de disparador para que la audiencia se sienta motivada a profundizar, indagar, crear conciencia o pasar a la acción en relación a los temas presentados.

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