Los policías de la Ciudad de México que ingresaron a un programa para alcanzar su peso ideal y conseguir a cambio un beneficio económico revelaron por primera vez la dieta que han seguido en los últimos cuatro meses para conseguir su objetivo.
"Traigo mi agüita. También traje pechuga con nopalitos y cebolla, preparado por mí, no creo que les guste, o sí quieren un poquito”, declaró el oficial Alejandro Benítez, elemento del grupo relámpago de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), a la cadena Televisa.
“Me metí al programa para que, con ayuda de los doctores, psicólogos y nutriólogos pudiera lograr el objetivo de bajar el peso, y aquí nos enseñaron que son cinco comidas, sus tiempos, sus colaciones y todo eso”, añadió. De acuerdo con la televisora, pesaba 125 kilos cuando comenzó el programa y ha bajado 20 desde entonces.
“Aparte traigo una vitamina para tener energía”, declaró Benítez. Aunque no todo se reduce a la dieta diaria, pues necesitan también acondicionamiento físico y cardio para resistir la demanda del trabajo, donde a veces los oficiales participan en marchas, desalojos y otro tipo de eventos parecidos.
"Ya no podía hacer muchas actividades, desde abrocharme una agujeta hasta poder caminar y correr. La mayor motivación poderse ver al espejo y decir, voy por el camino correcto”, concluyó Benítez.
Y es que, con el fin de combatir la obesidad y el sobrepeso entre los elementos de la SSC de la Ciudad de México, se ofrecieron en agosto pasado incentivos económicos para que cambien sus hábitos de alimentación y de actividad física.
A través del programa “Policía Saludable” de la SSC se entregará un estímulo de 10,000 pesos para 1,820 policías que a lo largo de cinco semanas fueron sometidos a diferentes pruebas, tanto físicas como médicas para comprobar que deben mejorar su estado físico.
Para poder ingresar al programa, los elementos se sometieron a una evaluación médica para medir índices de presión arterial y azúcar, factores que son propensos a elevarse debido a las actividades cotidianas de los policías.
Por otra parte, el aspecto psicológico también será atendido: “Tiene que ver mucho eso, ellos cómo se encuentran, en qué momento de estrés. Entrar a otro régimen alimenticio posiblemente se les puede complicar, sin embargo, los vamos a llevar de la mano”, puntualizó Alejandra Ramírez, subdirectora de investigación y desarrollo policial de la SSC.
"En la calle, los policías se encuentran en un estrés muy grande, que los lleva a tener malos hábitos alimenticios, a veces es más fácil encontrar una quesadilla o una torta, que poder entrar a un lugar donde pueden ingerir una comida corrida, que tiene las condiciones que nuestro cuerpo necesita", señaló la funcionaria.
Además puntualizó que el periodo de cinco meses se estableció ya que ese tiempo es el estimado para que una persona vuelva un hábito cualquier actividad a la que se disponga. Asimismo, el recurso económico que se dará mes con mes tendrá el objetivo de acompañar el esfuerzo de cada uno de los elementos.
La dependencia de la capital informó en su momento que buscará hacerle un seguimiento a cada uno de los policías seleccionados con el fin de que usen el dinero que se les dé en un cambio significativo de su alimentación.
Según cifras de la última Encuesta Nacional de Estándares y Capacitación Profesional Policial (Enecap) elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en 2017, ocho de cada 10 elementos de seguridad en México presentó algún grado de sobrepeso u obesidad.
En ese sentido, los policías federales fueron quienes registraron el mayor nivel de sobrepeso con 51.9% de sus elementos con esa condición, mientras que los estatales fue en un 50.6% y los municipales un 47 por ciento.
Sin embargo, los niveles de obesidad fueron a la inversa, pues los municipales fueron quienes alcanzaron más altos niveles con el 34.7% de sus elementos con este problema, 27.7% de los estatales y 26.5% de los policías federales.
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