La Fiscalía General de Veracruz y la Secretaría de Medio Ambiente estatal emprendieron una amplia investigación para hallar en puestos callejeros tamales (masa de maíz cocida) con carne de perro, a partir de una serie de denuncias de usuarios de redes sociales y a través de llamadas a la alcaldía del puerto del mismo nombre.
Todo comenzó cuando una mujer compró un tamal afuera de la Clínica 14 del IMSS, ubicada en avenida Cuauhtémoc del puerto de Veracruz, y al comer el alimento se percató que los huesos no sabían a costilla de cerdo y decidió llevarlo a su casa para analizarlo.
Con un guante, la mujer removió la carne y los huesos del tamal verde. Otra persona describió el alimento y mencionó que las costillas eran de perro por el "tamaño, la forma y el grosor". También encontró una articulación de un hueso "que no pertenece a un cerdo".
Al ver el video, a través de redes sociales y mediante llamadas la ciudadanía exigió al ayuntamiento del Puerto de Veracruz que hicieran una inspección en los puestos de comida del lugar por la presunta venta de carne de perro en los tamales.
Los policías de la Fiscalía General de la entidad e integrantes de la Secretaría de Medio Ambiente y Protección Animal, de la Dirección de Comercio y de la Fiscalía Especializada en Delitos Ambientales y Contra los Animales acudieron el sábado por la tarde para hacer una revisión.
Las autoridades inspeccionaron la comida y tomaron varias muestras, incluyendo los tamales con supuesta carne de perro. El alcalde de Veracruz, Fernando Yunes Márquez, dará a conocer si la comida es de consumo humano en dos semanas, después de que sea analizada por la Jurisdicción Sanitaria Número VIII.
En 2015 una persona encontró y grabó a un hombre que se encontraba sentado en una silla de madera y quien estaba quitándole la piel a un perro para enviarla a los mercados de la entidad. El hombre aseguró que el perro murió atropellado.
Ante el reclamo de quien grababa, respondió que sólo hacía su trabajo. El hombre de 40 años tenía un puesto de tacos, pero el nombre y la ubicación no se dieron a conocer.
Anteriormente, en otros estados se ha documentado la venta de carne de perro para consumo humano. En 2010, un hombre que se dedicaba a recolectar fierros viejos fue detenido por policías de la entidad por destazar y tener varios cadáveres de perros colgados en el patio de su casa.
Uno de sus vecinos, de la colonia El Florido, en Tijuana, Baja California, vio cómo destazaba a un perro y dijo que lo denunciaría. El hombre se enojó e inició una pelea. Tras una llamada, los policías municipales llegaron al domicilio y detuvieron a Rubén Cuéllar, de 45 años, quien aseguró vender la carne a varios puestos de tacos de la colonia.
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